| Capítulo 54

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«No tengas miedo, no hay un final triste aquí. Creo que esta vez será para siempre.»

Sus luceros empezaron a abrirse poco a poco gracias a que sus energías se habían recuperado por completo y su cuerpo estaba del todo cargado. Las sábanas que cubrían su pecho de manera torpe pronto fueron retiradas por sus manitos, dejando a la vista un artístico panorama de su desnudez. Se estiró levemente arqueando su espalda al mismo tiempo que los huesos de su espalda tronaron de manera suave. Se sentía vivo...

Llevó su vista al cuerpo de su compañía y casi de inmediato una sonrisa se pintó en su rostro mientras que los recuerdos empezaban a florecer en su cabeza, y mientras los iba recapitulando se acercaba a su novio para abrazar el torso desnudo sobre el colchón.

Su celo había durado cinco días, el primero fue doloroso, pero gracias a que hizo el amor con su Alfa lo disfrutó mucho más. El segundo día solo pudo dormir en medio del nido, también el tercero y el cuarto, pero cuando llegó el último día revivió de manera sorprendente. Sus energías estaban rebasando totalmente y con eso sus hormonas se elevaron, tanto que no podía dejar de llorar de necesidad en la cama. Justo ese día Bright también había ido a trabajar ya que creyó que el celo había terminado, pero tuvo que salir como bala de su edificio para ir atender las necesidades de su prendido Omega. Es por eso que después de tantas rondas, ahora tenían fuertes dolores musculares por todo el ejercicio que habían hecho, pero vaya que había valido totalmente la pena...

Los labios rosaditos de Win empezaron a besar con dulzura la barbilla suave de su bello durmiente. Aún no podía asimilar por completo todo lo que había pasado, un sueño se había convertido en realidad por fin y todo era gracias al apoyo incondicional que recibió por parte de las personas que quería y de profesionales. Se preguntaba constantemente como reaccionaría su madre al saber que en realidad todo había sido un error de diagnóstico, que fue un mal susto y no era un Omega defectuoso, ¿Lo volvería a querer? Win no podía guardar odio en su corazón, pero prefería no volver a ver a sus padres dentro de un buen tiempo sabiendo que ellos solo les transmitirían malas vibras. Aún no estaba listo para perdonar del todo, pero no podía negar que los extrañaba.

— Amor... — La voz ronca de Bright se escuchó de manera somnolienta, pues los besitos mojados que su pequeño le daba lo despertaron de la manera más linda y romántica que podía existir. — Buenos días, mi vida.

— Buenos días, Bright. — Dijo también, levantando un poquito su torso para poder mirar el rostro recién despertado de su novio, enternecido. No entendía porque existía ese tonto estereotipo de que un Alfa sólo tenía que ser serio o rudo y no tierno, porque el tenía un novio que le encantaba recibir mimos y hacer pucheros. Eso lo ponía demasiado feliz, además podía comprobar la asombrosa dualidad que Bright tenía.

— ¿Cómo te sientes hoy?

— Me siento mejor... Creo que mi celo acabó. Ya no me duele. — Comunicó dando pequeños besitos en las mejillas coloradas de su Alfa, por el calor seguro. — Extraño a Gun... — Murmuró con un pequeño puchero, recordando que había dejado a su menor abandonado en casa ya que él se la pasó esos cinco días en el departamento de su Alfa, así que por esas razones no pudo ver a Gun.

— Amor, no es como si lo hubieras dejado por siempre, se quedó con Off como compañía. — Esbozó una pequeña sonrisa, llevando su mano al pómulo de Winnie para dar sutiles caricias con su pulgar en esa zona.

— Lo sé... — Sabía que ese dúo no lo había pasado mal esos días de su ausencia. Gun y Off se llevaban realmente bien, a penas iban en una pequeña relación, nada formal, pero aún así la química podía sentirse en el aire cada vez que se sonreían o cuando simplemente intercambiaban miradas. — Te amo, Baii. — Murmuró frotando su mejilla contra la palma de la mano del Alfa cual gatito mimado.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora