| Capítulo 38

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«Y cada vez que me veas, me vas a ver mucho mejor de lo que me viste la última vez.»

— Winnie, en casa estaremos esperándote con los brazos abiertos, puedes ir a Nakhon Pathom cuando tú quieras, es tu hogar.

El nombrado esbozó una sonrisa melancólica sintiendo un terrible escalofrío por toda su espalda, era consciente de que eso tal vez no sucedería aún, de tan solo pensarlo los recuerdos de hace meses se repetían en su cabecita, a tal punto que llegaba a hostigarse y sentirse asfixiado por el pasado que aún no lograba ser olvidado, haciendo que sintiera miedo de volver a ver a sus padres y que todo se vuelva un disco rallado de tristezas y discusiones. El tiempo pasó, pero nada cambió en realidad. La presión en el pecho y el sentimiento de culpa era un inquilino fiel en su corazón, cada vez era menos, pero sabía que seguiría ahí por mucho tiempo, haciéndose notar en sus momentos más débiles.

— P-pronto iré a visitarte a ti y a mi cuñada, Micky. — Murmuró sonriendo con tristeza, acercándose para abrazar por el torso a su hermano y así acurrucarse en el pecho, tal como un lindo cachorro que buscaba mimos de su hermano.

— Cuida muy bien de N'Gun, es un niño muy lindo con lo poco que lo he conocido. — Sonrió, acariciando el cabello castaño, tan suave y liso que el Omega heredó de su madre. — Y tú, cuida de Winnie, aún no te doy la bendición del todo. — Dijo en un tono más grave, mirando al Alfa moreno quien observaba la escena con ternura, riendo suavemente.

— Lo haré, ten por seguro que jamás lo dejaré solo. — Afirmó, viendo cómo su pequeño novio se separaba del hermano para así ahora correr a sus brazos.

La voz de la señorita en el altavoz resonó por toda la sala de espera, anunciando que el tren camino a Nakhon Pathom partiría pronto. Un pucherito se formó en los labios de Win quien se acercó una vez más a su hermano, brincando sobre él en un abrazo que duró segundos.

— ¡Te voy a extrañar! — Chilló haciendo una pequeña rabieta, sentía que su hermano se le iba y en un buen tiempo no lo volvería a ver, estaba asustado. — Gunnie me dijo que te diga que eres un buen hermano y tío, te quiere mucho. — Comunicó, el pequeño Omega no había podido acompañar en la despedida de Mick, pues era día de escuela y no podía darse el lujo de faltar, pero aún así mandó los saludos y lindas palabras de despedida.

— Dile a Nong que también me gustaría que venga contigo si algún día quisieras volver a Nakhon Pathom, Winnie... — Soltó un suspiro, insistiendo de manera indirecta. — Aún siento el coraje por mi sangre, tengo la sensación de que te estoy perdiendo y si me alejo más de ti, tal vez hasta nos volvamos solo unos inexplorados que lo único que los une es la sangre.

— Eso no va a pasar, P'Mick. — Respondió llevando sus tibias manitos al rostro de su hermano, acariciando. — Después de lo que hablamos, me he sentido más cercano a ti, la distancia no es un problema, nosotros no dejaremos de apoyarnos mutuamente, es lo que cuenta.

Las grandes manos del Alfa bajaron por inercia al pequeño vientre de su hermanito menor, brindando algunas caricias en círculos mientras mantenía una expresión triste al recordar que no tendría sobrinos para mimar y cuidar, y que su pequeño viviría en una jaula encerrado con inseguridades que cada día lastimarían su estabilidad emocional. Solo quiso acariciar la barriguita de Win para imaginar cómo sería si hubiera algún embrión creciendo, que poco a poco y con el paso de los meses se volvería un bebé que daría dolores de espalda.

Algunas estrías, pataditas y al mismo tiempo días inolvidables donde la paternidad sería cada vez más cercana, ropita, mamelucos, zapatitos y gorritos de lana y algodón con el característico perfume de bebé, tela de calidad para que no causara comezón y pequeñas sonajas que serían reemplazadas por juguetitos cada vez más grandes con el pasar de los meses, el llanto que llamaba al progenitor de la criatura, sonrisitas con encías rosas y lisas gracias a que no había ningún diente de leche creciendo aún, ojitos brillantes al igual que dos joyitas, tan valiosas y hermosas, tal como el tesoro más deseado en el mundo.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora