| Capítulo 55

587 69 10
                                    

«Me duele el estómago por haber ingerido tantos insultos. Ellos realmente se esforzaron mucho en odiarme, si ahora me destruyo, ¿Vivirán felices?»

Al final no fueron tres días, fueron cinco, pero él decidió quedarse un poco más para pasar un poco de tiempo extra con su madre en lo que comenzaba a acoplarse en la casa de Mick. Sabía que no era fácil para ella dejar el hogar donde vivió por muchos años y no iba simplemente dejarla sabiendo que podría sentirse mal.

No habían sido días demasiado pesados como él creyó que serían. Cada vez que llevaba a su madre a las terapias de recuperación y chequeos se encargaba de hacerla sentir cómoda con todo, incluso después de cada salida de la clínica, la llevaba a dar una vuelta por el parque que quedaba cerca de casa y eso de cierto modo lo relajaba también. El aire fresco siempre sería un buen remedio para gozar los pequeños momentos. Nakhon Phatom no cambió mucho, solo en la estación, ahora comenzaba el verano y la gente empezaba a acoplarse con ropas reveladoras, un helado de hielo incluso por las noches, duchas frías, playa, diversión, etcétera. Pero a él no le interesaban nada de esas cosas por el momento, solo quería encargarse de hacerle sentir querida a su mamá y era algo que comenzaba a disfrutar.

— ¿Y cómo es Vachirawit?

— Bright... No sé si las palabras sean suficientes, es que él es simplemente perfecto, mamá. — Soltó un profundo suspiro de enamoramiento, viendo desde la banca donde se encontraban los dos sentados a las personas pasar. — Es alto, castaño, su voz grave, noble, divertido, cariñoso, juguetón, torpe con los objetos. A veces cuando cantamos parecemos locos. — Rió suavemente al recordar aquellas veces que no les importaba la hora ni el día, ellos hacían karaoke de vez en cuando y a veces llegaban los vecinos a quejarse. — Es muy inteligente y sabio, le gusta mucho la naturaleza. A mí me gustan los mariscos, pero a él más la carne, por eso a veces tenemos peleas de juego. Además, es muy dulce...

— Ahora que lo dices así tengo ganas de conocerlo. Me alegra que hayas encontrado a tu destinado, hijito, solo cuiden mucho su relación y crezcan juntos.

— Lo hacemos, a comparación de cuando iniciamos, hemos madurado. — Confesó. — Ambos teníamos cosas que no siempre iban a concordar, pero fue lo mejor, eso fortalecía nuestra relación pues nos dábamos cuenta que estábamos equivocados y aprendíamos de ambos. — Asintió pensando en todo el tiempo que había pasado, tiempo que fue como un abrir y cerrar de ojos, demasiado precioso, demasiado rápido. — Por ejemplo, el tenía reacciones algo bruscas, cuando se enojaba gritaba y se frustrada rápido. Yo también, pero recuerdo que tenía crisis de ansiedad porque no podía soportarlo todo. — Mordió su labio. — Pero eso no está pasando últimamente, ahora hablamos para resolver nuestros problemas, si nos enojamos primero calmamos nuestras emociones y después de eso nos damos un abrazo de reconciliación. — Narró con una pequeña sonrisa.

— Vachirawit es un buen Alfa para ti y tú el mejor Omega para él. Hubiera sido maravilloso que venga contigo para poder conocerlo.

— Mamá habrá más tiempo aún, podemos venir dentro de dos semanas que ambos estemos libres del trabajo, así te visitamos. — Sugirió con una sonrisa. Ahora que ya todo comenzaba a volverse lindo y calmado, la idea de que su madre y novio se conocieran empezaba a agradarle. — También podrías conocer a Gun.

— Pero hijo, no sé si me moriré mañana o dentro de poco, para mí no habrá mucho tiempo...

El azabache giró su cabeza para mirar a la Omega a su lado, negando suavemente mientras tomaba la mano de ella, acunandola de manera tierna y así intentar darle un contacto tibio para demostrarse preocupado por las palabras. — No digas eso, estás joven aún y estoy seguro que te quedan muchísimos años para disfrutar.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora