16. Sentencia, punto final, como quieras decirle

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Mayra

12 de Febrero, 1:47 PM

El tiempo desde la cita con Marck ha pasado rápido, pero más que todo, me ha confundido más que un mal profesor en una mala materia

Un día se la pasa hablando conmigo, queriéndome, mimandome y esas cosas, y al otro siquiera me saluda, es algo que no entiendo, y sinceramente, ya me está causando molestias el que lo saludé y me vea con rareza o asco

Prometo que el lunes que vuelva a clases le voy a decir las mil y un verdades en su car...

-¡Están tocando la puerta!- Exclama mi tía, como si ella no pudiera abrirla,  salgo con mi mejor cara de molestia y abro la puerta con molestia, yéndome tres veces de culo al ver la figura de Marck postrada en el descanso del piso de mi departamento, el día no podía estar peor -¿Quien está en la puerta Mayra?- Pregunta mi tía

-Es... Es...- Intento responder, quedando totalmente en blanco

-¿Aquí es donde venden helados, no?- Pregunta Marck inesperadamente, mirándome fijamente para que siga la corriente

-S-Si, ¿De que sabor los quieres?- Pregunto yo de vuelta, más nerviosa que de costumbre

-Chocolate, porfavor- Responde el rápidamente, y yo salgo directo a buscar el helado, cuando lo traigo de vuelta, el lo toma y me pasa el dinero, pero antes de tomarlo, lo quita de mi alcance -¿Sabes?, Mis hermanos están en el auto, ¿Podrías bajar conmigo y me ayudas con los sabores?, tengo mala memoria- Inventa el rápidamente, sorprendiendome en lo bueno que es mintiendo, no quisiera saber las mentiras que le dice a su madre

Volteo a ver a mi tía, quien asiente rápidamente y yo salgo del departamento con el a mi lado. Bajamos y veo un auto estacionado, no es la camioneta en la que vino, traidor

Abre la puerta y veo a dos niñas y un niño en la parte de atrás de su auto, sonrientes los tres

¿Enserio solo vino por los helados?

-¿De que quieren su helado?- Pregunta Marck, comiendo su helado de chocolate

-¡Galleta!- Exclaman los tres a la vez, yo asiento y el cierra la puerta de nuevo

Cuando estamos a punto de entrar de nuevo en el depa, lo detengo cuando me volteo y pongo una mano en su pecho

-¿Que pasa?- Pregunta el, con distinguida indiferencia

-¿Que que pasa?, Pasa que tú estás siendo un idiota conmigo. Un día me quieres, al otro no me conoces, ¿Que te sucede?- Pregunto yo, pero antes de que pueda responder lo interrumpo -Te diré algo, tómalo como un punto final, una sentencia, como quieras tomarlo, sigues en este tira y jala de estarme jugando pero al mismo tiempo dejando, voy a hacer que tu vida se convierta en eso que jamás deseaste que fuera, una maldita pesadilla, ¿Bien?- Refuto finalmente, mientras que el me mira asustado

-Yo-yo, n-no e-era mi-mi inten-Intención- Responde el, con distinguido nerviosismo

-Pues así paso, espero que sepas arreglarlo o que sepas irte de mi vida- Refuto yo con fuerza subiendo por las escaleras.

El viene detrás de mi, le entrego los tres helados de galleta y el me entrega el dinero en un sencillo silencio vergonzoso de su parte. Cierro la puerta y mi tía me mira con distinción, con rareza, como si intentará averigüar algo

-Somos compañeros del colegio, quédate quieta- Comento yo y ella levanta sus manos en señal de paz, sacandome una pequeña risa antes de encerrarme en mi cuarto de nuevo con la música hasta el tope

Libro de un homosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora