191. Amor al odio

16 3 0
                                    

Ivana

21 de Diciembre, 9:47 AM

El desayuno, la mejor idea del hombre humano y la comida más importante del día. Tiene una variedad increíble de cosas que puedes comer, pero sinceramente, aveces no es que comes, aveces es simplemente quien te acompaña a comer, y comer con alguien, en este caso con Rose, nunca se había sentido tan bien

-Que increíbles están estos pastelitos- Comento yo comiendo el pastelito de carne de a pocos mordiscos para disfrutarlo

En cambio, Rose hace varios minutos que se acabó los suyos, ahora simplemente me está mirando con ojitos de perro a ver si le doy uno de los míos, lo cual estoy pensando seriamente porque ya no soporto el peso de su mirada

-Toma uno, cualquiera menos el de pollo- Acoto mientras quito el de pollo del plato y lo coloco sobre una servilleta, el sonríe y elige uno al alzar con entusiasmo, ahora sí come un poco más lento, casi a mi ritmo

-Gracias por aceptar la compensación por no haber ido a tu cumpleaños- Comenta el con gracia

-No te culpo, mi cumpleaños no fue la gran cosa tampoco- Respondo mientras limpio la esquina de mis labios, el quita la servilleta de mi mano y pasa su pulgar por ahí

Por un momento todo se detuvo, quizás fui yo como estúpida y no pasó nada, pero se sintió muy bonita el aura cuando el hizo eso. Me sentí increíble, me sentí un poco aligerada de peso, por un momento me sentí en el aire, no se, se sintió bonito

-¿A qué te refieres con la gran cosa?- Pregunta, se lo que quiere escuchar, pero no sé lo dire, su tono de voz me deja loca, pero sabiendo que quiere escuchar

-Bueno, cositas, que pasan- Respondo graciosa, pero aún así estoy nerviosa, su cercanía y su lenguaje corporal me hacen sentir extraña

-Ivy, ¿Crees que podamos hablar sobre nosotros?- Pregunta con una sonrisa, yo asiento atontada mientras su mano se aleja de mi cara

-¿Que paso?- Pregunto luego de medio salir del trance en el que estaba

-La verdad, desde que nos conocimos todo se ha vuelto un poco más ameno para mí, conocerte fue algo muy bonito- Comenta, tengo miedo por dónde está yendo esto

-Yo también siento lo mismo, has sido una gran persona en mi vida a pesar de lo poco que llevas- Respondo con una sonrisa, mirando sus ojos, concentrandome en ellos y sus gestos

-Sobre eso quiero hablarte, quiero seguir conociéndote, quiero explorar hasta el más mínimo lugar de tu mente y tratar de entenderte, porque quizás no me guste los ejercicios difíciles, pero contigo me quiero dar el trabajo de resolverte- Responde con gracia y lindura en su voz, en mi cerebro se hace el hueco de la propuesta que va a decirme, no me jodas...

-¿Que me estás diciendo?- Pregunto haciéndome la confundida

-En resúmen, quiero estar contigo Lunita, quiero ser las estrellas que te acompañan cada que te sientas sola, quiero que seas la luz platino que me alumbra el camino durante mis noches oscuras, tu no eres luz de luna Ivana, eres la luna en si- Enuncia el, el tono de su voz más las caricias que propina en mi mano me hacen mirarlo con ternura, un sentimiento de remordimiento se aloja en mi corazón

No siento lo mismo por el, quisiera decir que si, pero no...

-Rose, me halagas, creeme, no me habían dicho algo tan lindo. Y aunque me esfuerce, justo ahora no puedo corresponder los lindos sentimientos que tienes por mi, sigo sintiendo cosas por alguien más, y solo para que veas lo serio que es, una de las cosas que siento es odio- Respondo sincera, viendo como su mirada no decae ni por un segundo

Libro de un homosexualWhere stories live. Discover now