Libro de un homosexual

55. Compensación

Mafer

22 de Abril, 10:10 AM

Lo que me pone triste de toda esta situación es el hecho de que tener un amante ya no es tan divertido, no está esa adrenalina de que me descubra Jack o algo por el estilo, pero aún así, estar cerca de Ramón me mantiene en un estado de muy buena calentura

Besar sus labios sin dejarlo descansar ni para respirar es mi nuevo hobbie

Nuestros cuerpos encajan tan inperfectamente que los roces son inevitables, y eso solo aumenta la pasión que hay entre nosotros, demostrando que la calentura incrementa cada que mordemos el labio del otro

-Al fin puedo hacerte mía- Comenta el mientras beso su cuello y dejo una marca visible

-¿Hacerme tuya?- Pregunto irónica, mientras lo tomo con fuerza del cuello acercándolo a mi cara -Cariño, tu serás mío, y yo soy del viento- Respondo yo y el sonríe con elocuencia, haciéndome entender que está de acuerdo con eso

Lo beso con más fuerza y el toma mi cintura rápidamente, antes de hacer que me separé de sus labios y chupar mis aureolas rosadas y ya erectas por la excitación del momento, dejandome saborear cada movimiento de su lengua mientras mis gemidos no se hacen esperar

-Te haré tantas cosas- Habla cuando suelta por un segundo mis senos -Que no podrás siquiera caminar- Termina el y me empieza a besar mientras su mano bajan a mi culo lentamente hasta magrear mis nalgas por dentro del short de tela

-Entonces vayamos al lugar donde se hacen esas cosas- Refuto yo tomando su mano y guiandolo lentamente hacia el cuarto

Al llegar allí, lo lanzo contra la cama y gateo hacia el. Me quito el short de rodillas en su cuerpo y el sonríe con emoción, sabiendo que lo siguiente será bueno

Mis bragas negras relucen ante su mirada, me empeño en besarlo con fiereza hasta sentir como su montículo ya hacia afianzado antes, se sienta muy cerca de mi zona, en ese momento me muevo sin dejar de besarlo hasta tomar su paquete con una mano

El simplemente hace viajar sus manos a su pantalón, quitandoselo en tiempo récord, dejándonos a ambos en ropa interior, yo beso todo alrededor de su paquete mientras escucho sus jadeos de ambición, ya me quiere para el, pero no sabe que la primera en recibir placer seré yo

-¿No debería ser las damas primero?- Hablo yo a la altura de su boca

-Esperaba que lo dijeras- Refuta el volteandome y dejandome debajo de su trabajado cuerpo, yo flexiono mis piernas y el pasa sus grandes brazos por debajo de ellas, empezando a besar desde mi ombligo hasta por encima de mi zona, haciendo que las ganas me traicionen y me dejen gemir sin pudor, rogando porque lo haga

Su lengua pasea desde mi ombligo hacia mi zona una y otra vez, torturandome en las ganas y arqueando mi espalda para que note que quiero que lo haga

-Ruegame, diosa, sabes que lo quieres-  Pide el con su voz unos cuantos tonos más bajos, dejandome sin dignidad cuando le respondo en un gemido

-Te lo ruego, papi- Refuto yo, y el sonríe sin pudor antes de introducir su lengua drásticamente en mi zona

¿Los hombres tienen un interruptor con el apodo "papi" o que?

Sus movimientos me dejan gimiendo como loca, saber mover esa lengua tan increíblemente, sus besos alrededor de la zona también me torturan en el éxtasis, el sostiene mis piernas con fuerza sin dejar que me mueva, y tampoco querría hacerlo, me siento tan bien con el en mi entrepierna