188. Rehabilitación

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Ivana

18 de Diciembre, 9:16 AM

No entiendo nada de lo que pasó ayer todavía. Aunque Andrea se quedó durmiendo aquí, sigue siendo extraño ver las fotos de anoche sin el, es como si no hubiera venido, como si no hubiera estado aquí, y ya para este punto siento que es mejor olvidar su presencia de anoche

Me he pasado toda la mañana disociando de la realidad, al mismo tiempo que estoy al pendiente de responderle a Rose, a secas, pero responderle

Más de una vez me ha preguntado que tengo, pero responderle y contarle no es una opción, he conocido a Rose lo suficiente para saber que no se de todo lo que es capaz, asi que prefiero obviar lo que pasó

Una llamada interrumpe mis pensamientos intrusivos mostrando el nombre de César en el ID, hace mucho que le quite el corazón que lo acompañaba, pero ahora ya no se si devolverlo o no

-Estoy afuera- Es lo primero que dice apenas contesto su llamada

-¿Perdon?-

-Perdonada, ahora sal y abre que el sol está derritiendo a este chocolate- Responde amargamente, yo cuelgo la llamada y rechisto una y mil veces de camino a la puerta. El no debería estar aquí, no lo quiero aquí, odio que este aquí

Quizás si me lo repito empezaré a creermelo

Al abrir la puerta, lo veo ahí, esperando con un ramo de lavandas y sus lentes de sol, mi cabeza simplemente se detuvo completamente para reproducir Mi buen amor, fue como un shock, camine lento hasta el, con miedo a que solo fuera una mala jugada de mi mente

Claro que todo se vuelve real cuando abro la puerta y su primera acción es besarme, un beso tierno, lento, cariñoso, de por sí me hizo olvidar todo lo que pasó ayer, aunque el sentimiento de molestia está ahí aún

-Recorde que tus flores favoritas son las lavandas, y las ví muy bonitas así que...- Intenta hablar cuando nos separamos, pero yo lo callo con un beso consiguiente al suyo

-Son hermosas- Es lo único que digo al formar una sonrisa contra su boca

Ambos nos alejamos y yo hago que pase cuando lo tomo de la mano, nadie más vendrá en un rato así que no pasará nada malo

Al estar adentro, coloco las lavandas en agua mientras el se sienta en la sala con su celular. Su mirada siempre ha sido un arma que ha sabido usar desde el día que nos conocimos, pero últimamente no me afecta tanto, supongo que el acostumbrarme a las dagas que lanza al verte dejan de doler las estocadas

-Lucc y Andrea están muy molestos contigo- Comento apenas salgo de la cocina con el jarrón de flores

-Andrea no es mi problema, y a Lucc ya se le pasará- Responde con una sonrisa fanfarrona quitándose los lentes

-¿Osea que no dirás nada sobre lo de ayer?- Pregunto molesta, sentandome a su lado

-¿Que quieres que diga?, Mi mamá conoce a la de Marilyn y nos trajo juntos- Responde con desinterés en su voz

-No te pedí una explicación- Refuto

-Pero yo te la di, y aceptala porque nadie merece mis explicaciones- Refuta de vuelta, mirándome fijamente

-Algun día lograre odiarte, César Redding- Agrego molesta, pero mi sonrisa nunca se borra, al igual que la de el

-Hasta que ese día llegue, yo seguiré siendo quien pueda besarte, Ivana Caracciolo- Sentencia antes de tomar mi cara por un costado suavemente y empezar a besarme sin fuerza, tiernamente y con cariño

Libro de un homosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora