Libro de un homosexual

86. Infraganti

Mafer

12 de Junio, 10:23 AM

-Buenos días preciosa- Es lo primero que escucho al abrir mis ojos, otro miserable día en este hospital de mierda. Su mano entrelazada con la mía me da paz, pero al mismo tiempo me da algo de incertidumbre

-Buenos días a ti también- Respondo yo, con un poco menos de ánimos de los que tiene ella

-¿Pasa algo, preciosa?- Pregunta Sam con confusión

-Solo estoy pensando, es todo- Respondo yo, mostrándole una sonrisa para que no se preocupe, pero me mira acusándome de una u otra manera. Mi mamá pasa por la puerta, y Sam suelta mi mano lentamente,

Sobre eso exactamente estaba pensando

Mi mamá pasa y se sienta a mi lado sin musitar palabra, solo se queda ahí, Sam me mira directamente antes de dejar la habitación por la incomodidad que se siente en el ambiente, dejándome técnicamente sola con mis pensamientos

He tenido muchas ganas últimamente de hablar con mi mamá sobre lo que tengo Sam, sobre lo que siento por ella y lo que no siento por los chicos. Que si, que me gusta tener sexo con los chicos, eso está claro, pero no los veo para una relación, no puedo encontrarle el sentido a tener sentimientos por ellos, pero con Sam, todo eso cambia

Con Sam puedo sentir paz al mismo tiempo que me puede hacer sentir un desastre, me siento como cuando está cayendo una lluvia torrencial, pero el sol sigue brillando en el horizonte, creando un arcoiris que parece interminable. El desastre que ella creó en mis sentimientos es inigualable, pero del desastre nacen las estrellas dicen por ahí

Aún así, para hablarle a mi familia de eso tengo que saber cuándo es el momento perfecto. Por parte de mis hermanos se que conseguiré su apoyo, mi hermano más de una vez se ha tirado a un chico y mi hermana de que le da a las chicas, le da, pero el problema radica siempre es en mis padres

-Buenos días Mafer- Comenta el doctor que nos atendió a mi y a Sam, se llama Alexander

-Buenos días para usted también- Comenta mi mamá con una voz seria

-Estoy esperando el último estudio para firmar tu alta Mafer, espero que de verdad te cuides mucho. Cualquier cosa o anomalía debes llamarme luego de que te vayas, ¿Está bien?- Pregunta el, yo asiento y el sonríe con elocuencia -¿Aún está en vigente nuestro trato?- Pregunta el con vergüenza, mi mamá voltea a verlo con confusión

-¿Trajiste lapicero?- Pregunto yo, el asiente con rapidez y saca un pequeño papelito de su bolsillo, yo empiezo a dictarle el número de mi amigo Lucc lentamente, hable con Lucc sobre el trato de que si yo le daba su número al doctor el no le comentaba nada de dónde estaba yo cuando me dió lo que sea que me dió

El aceptó, pero dudo que vaya a responderle, ese chico está totalmente embelesado por Samuel, el cual es el chico perfecto para Lucc, lo contrario de Jesús y César, ellos solo son distractores para Lucc, no lo dejan ver lo bonito que sería un futuro con Samuel a su lado

Alexander sonríe antes de salir, y mi madre me mira con intriga

-Luego te cuento- Refutó yo, y ella asiente antes de volver a ver su celular

Una enfermera viene luego de unos largos minutos, me quita las vías que hicieron en mis dos brazos, me desconecta del electrocardiograma y limpia las inserciones de las agujas. Me levanto lento y con dificultad, pero por mi misma, ya que mi mamá ni se inmuta.