XX

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Sus labios cubiertos por labios más ásperos, sus manos acostumbradas a tocar la carne suave de curvas femeninas aferrándose a músculos planos y endurecidos, y su cuerpo acostumbrado a manejar los cuerpos más ligeros de sus acompañantes ahora siendo manejado por otra persona con soltura y firmeza.

No debería sentirse bien, no debería ser tan excitante pero...

Un jadeo escapó de sus labios cuando el hombre más alto lo empujó sobre la cama para después dejarse caer directamente sobre él y retomar el beso con todavía más exigencia.

En el fondo de su mente una voz le susurraba que estaba actuando de manera precipitada, que esa no era la forma correcta de hacer las cosas y que si alguien llegaba a enterarse (o aún si nadie se enteraba) su vida nunca podría volver a ser igual... Del mismo modo, una segunda voz (ésta más cerca de la superficie) le decía que todo esto se sentía bien y que siguiera así hasta el final, que nada importaba más allá de todo el placer que estaba obteniendo de la piel del otro. De entre esas dos voces, la voz que sugería "seguir adelante y disfrutar" era la que iba ganando.

Casi callada y sepultada en el fondo de su conciencia, una voz más luchaba vanamente por hacerse escuchar: por gritarle a Alec que (fuera bueno o malo) lo que estaba haciendo, lo hacía con la persona correcta.

ALECWhere stories live. Discover now