XXXV

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-¡Basta! ¡Ya te había dicho que quería pasar a dejarle unas cosas a Estela antes de ir al teatro!

-De verdad no puedo creer esto: Trato de ser un buen novio y de tener un lindo detalle contigo pasando a buscarte hasta tu casa para que no tengas que tomar el transporte, pero en lugar de agradecérmelo tú te enojas y comienzas a hacer berrinche como si fueras una niña pequeña.

-Will, te advierto que dejes de hablarme de esa forma.

-¿ advertirme algo a ? – El tono burlón en sus palabras dejaba en claro lo que pensaba respecto a lo que le decía su acompañante – Oh tontita ¡no estamos aquí para perder el tiempo con tus bromas!

A ella el comentario no sólo no le hizo gracia sino que además resultó evidente como se veía obligada a morderse los labios para evitar gritar de frustración.

-¿Por qué demonios te cuesta tanto tomar en serio lo que digo? – exigió con la ira contenida de varios meses de guardar sus pensamientos.

-¡Basta! ¡Ya detuve el auto como querías y ahora vamos a llegar tarde! ¿No es eso suficiente?

-¡No! – dijo la rubia tomando su bolso con dedos temblorosos y bajando del automóvil – ¡No puedo seguir soportando esto y en todo caso ya no quiero hacerlo!

-¿Soportar qué? – bajando también del auto y azotando la puerta tres de sí, el hombre que minutos antes había estado conduciendo se apresuró a interponerse en el camino de la mesera – Pero ¿de qué hablas? ¿Es que acaso lo nuestro ya no significa nada para ti? ¡Respóndeme! ¡Samantha!

Y cuando el hombre alargó su mano para sujetar las muñecas de su novia, Samantha se sacudió su agarre de forma violenta.

-¡Ya no hagas esto! ¡Estoy harta de todo esto así que detente de una maldita vez!

-Samantha, estás siendo infantil y caprichosa y...

-¡No! ¿Es qué no lo entiendes? ¡Ya estoy harta de que me trates como si yo fuera la mala aquí!

-Samantha, deja de hacer este escándalo y baja la voz...

-¡¡Entonces escúchame!! Porque yo... ¡Estoy harta! ¡Harta de tener problemas contigo cada vez que salgo a la esquina o que respondo el teléfono! ¡Harta de tener que pedirte permiso incluso para visitar a mi madre! ¡Y también estoy harta de tener que usar manga larga para que nadie se dé cuenta de las cosas que me haces!

-Si tú no me provocaras yo no tendría que...

-¡Estoy hasta de que controles mis amistades! ¡Mi tiempo! ¡Toda mi maldita vida...!!

-¡Cada cosa aquí ha sido por tu bien! – Replicó él – ¡Todo he tenido que hacerlo así porque tú eres una niña tonta e inmadura, y no entiendes que yo sólo quiero lo mejor para ti!

-¿Cómo puedes decirme eso?

-Samantha ¡yo te amo! ¿Es que no lo ves? O ¿Acaso no soy suficiente para ti? ¿Es eso? ¿Es que realmente las personas afuera son más importantes para ti que yo?

-¡Will para! – Interrumpió ella con lágrimas en los ojos que se sentían como hielo debido a las corrientes de aire invernal que soplaban en ese puente – ¡Para esto de una buena vez y deja de tratar de echarme a mí la culpa de absolutamente todo!

-¡Samantha!

Viendo que la rubia lo ignoraba y comenzaba a alejarse la alcanzó en dos zancadas y tiró de su brazo con tanta fuerza que le arrancó un grito de dolor.

ALECWhere stories live. Discover now