Café

5.3K 428 21
                                    

Después de esa noche Marcela comenzó a debatir, la posibilidad de dar algunos detalles a Renato sobre su pasado, llevaban durmiendo juntos casi un mes, y aunque la pasión les desbordaba, el desencuentro con Fernando le termino mermando la mente.

Lo consulto con su psicóloga más de una vez y siempre terminaba dudosa... ¿Y si no duraba? ¿Qué pasaría si solo fuera una relación fugaz? Nadie más que los del Tostado y ella sabían lo que pasaba, solía llegar a dormir y marcharse tan en la mañana, ninguno de los dos acordó guardar el secreto, pero eso parecía. Odiaba sentirse insegura, pero desde hacía mucho tiempo, las inseguridades, eran su estado natural.

Por su parte Fernando se dedicó a reivindicarse, ayudo en la escuela tanto como pudo, pero lejos del "si" "no" y "gracias" no obtuvo otra respuesta. Aldo también termino poniéndole un alto a su hermano "No, con ella no" le advirtió, dejando en claro de qué lado estaba, y eso no le hizo ninguna gracia.

-Hija- saludo el padre al verla en la iglesia mirando el altar- ¿Cómo has estado?

-Bien Padre- le sonrió apagada

-Hija, nadie viene a la iglesia nada más porque si- sonrieron- ¿Un cigarrito?- intento animarla un poco

-Padre, creo que he hecho algo malo- susurro

-¿Mataste?- negó con la cabeza-¿Robaste?- volvió a negar- ¿Te llevaste al hombre de tu prójima?- y negó de nuevo con una media sonrisa- entonces yo no veo pecado

-Padre, en serio, creo que involucre a Renato en algo que no debía- y dando un largo suspiro confirmo sus sospechas

-¿Crees que es algo que no quería?- y la miro levantar los hombros

-Creo que el que guste de él le va a terminar pesando...- se mordió la parte interna del labio intentando ser fuerte- es que de algún modo no tengo palabras aun para decirle todo lo que me ha pasado, y siento que debería hacerlo, pienso que cada día que pasa me gusta más y no sé siquiera si el sería capaz de aceptarme con toda mi historia...-

-Conozco a Renato desde que era niño, y es un poco egoísta de tu parte el centrarte en tu historia- la reprendió- es un hombre ahora, pero en su momento fue un muchacho confundió. Se quedó solo muy joven, sus padres murieron en un atraco en la entrada de la Piedad. Todos en el pueblo los adoraban, pero la gente es mala. Él intento mantenerse alejado de todo, obviamente no quería pisar el lugar que le quito a su familia. Y aunque tanto mi hermana como su esposo lo mantuvieron a flote, obviamente la edad nos llega a todos, y mi cuñado era bastante mayor. Así que tuvo que volver. Y arraso con medio pueblo, siempre luchando con su vacío, con su culpa... hasta que se enamoró...-

-¿Renato?- lo miro asintiendo

-De una mala muchacha, le quito hasta el último gramo de amor propio, lo humillo, y termino dejándolo con el corazón roto... en realidad supongo que se sentía solo en el mundo, era un chamaco después de todo y tenía casi un pueblo bajo su respaldo- se golpeó las rodillas- después de eso se calmó. Se hizo uno con Aldo, otro chamaco perdido, supongo que encontraron calma en el otro y después no supimos más de él en el pueblo por años, teníamos que ir al rancho a verlo si se necesitaba algo-

-Él nunca...-

-Todos tienen una historia que no quieren contar, la tuya es agresiva, pero la de él también tiene su encanto-asintió entre suspiros- él jamás se mostró con alguien, al menos no como lo ha hecho estas semanas contigo, desde que comió en la kermes supe que gustaba de ti como de nadie-

-Creo que soy yo la única que duda...-

-Es lógico tener miedo, pero no deberías tenerlo de él-

-Jamás padre, yo jamás he sentido miedo a su lado- y al ver su sonrisa Javier supo que ese par estaban hechos el uno para el otro

La PiedadKde žijí příběhy. Začni objevovat