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Mark caminaba sin rumbo alguno, tratando de salir del bosque en el que se encontraba, pero no había forma de lograrlo. Fuera a la dirección que fuera no lograba ver algo diferente a grandes arboles frondosos y mucha vegetación.

Dirigió su mirada al cielo, este se encontrab completamente negro y repleto de estrellas. Además se podía apreciar, a lo lejos, la bella y gran luna, brillando sin parar, siendo la única luz que iluminaba su camino.

Se tomó un minuto para respirar y pensar más claro en las posibilidades que tenía mientras reposaba su cuerpo en uno de los árboles, sin quitar la mirada del cielo, deseando que las estrellas le marcarán el camino.

"Por favor, denme una señal, la cosa más mínima, ayúdenme, ya no puedo seguir así" les rogó en sus pensamientos, como si existiera la posibilidad de que lo escucharan.

Se quedo allí un tiempo, con su mente yendo de lado a lado sin parar, hasta que notó a las estrellas titilar, a todas, por unos segundos.

Lo habían escuchado, las estrellas escucharon sus ruegos y le dieron la señal que necesitaba. ¿Ahora qué se suponía que debía de hacer?

Luego de unos minutos esperando a que las estrellas le dieran otra señal notó a su descontrolado corazón, el cual bombeaba sangre sin parar, provocando que sus latidos retumbaran por todo el bosque. También notó aquella pequeña molestia en su pecho, no tenía idea desde hacía cuanto estaba allí.

Cerró sus ojos y volvió a respirar hondo, creyendo que de esa forma iba a calmar a su corazón, pero le termino sirviendo para conectar todos los puntos que le faltaban.

"Siempre debes de seguir lo que te diga tu corazón Cachorro" recordó las palabras que una veze dijo una sabia beta, una que lo quería mucho.

Y eso hizo. Comenzó a caminar, aún con los ojos cerrados, permitiendo que su corazón lo guiará, prestando atención a cada latido retumbante, los cuales acaparaban los sonidos de sus pasos.

Sentía como si la luz de la Luna lo estuviera siguiendo por cada centímetro que avanzaba, era como si le estuviera facilitando el pasaje en el camino que le estaba abriendo su corazón.

Se detuvo cuando los latidos de su corazón dejaron de retumbar tanto, sentía que era momento de parar y por ello se permitió abrir los ojos.

Frente a él tenía un pequeño lago, en el que se reflejaba la bella luna y sus fieles compañeras las estrellas. A su lado tenía una gran roca y bajo esta había un pequeño lobo de color blanco que aullaba sin parar en dirección al lago, se encontraba herido.

Mark se acercó a él lentamente y comenzó a acariciarlo. No le gustaba ver al lobito aullar de una forma tan triste, hacia que el dolor de su pecho aumentará.

"Nos han lastimado mucho humano, pero aún estamos vivos. El dolor que tenemos, el daño que nos hicieron, va a ser muy difícil de calmar, hasta diría que imposible de borrar. Es una marca que vamos a tener para siempre. Debemos mantenernos juntos para superarlo. Debes de aceptarme Mark" escuchó una voz en su cabeza, una que no sonaba como la suya pero se sentía propia.

-¿Q-Qué? -Preguntó asustado, mirando a todos lados para encontrar al dueño de la voz, pero no había nada, eran solo el lobito que lo miraba atentamente y él.

-Lobito... -le habló- eres... no, eso no puede ser posible.

"Si lo es humano" le contestó la voz "Lo es porque nosotros somos uno, yo soy tu parte animal Mark, tu lobo, soy tu omega y tú eres mi humano, somos las dos partes de una sola alma".

the Moon (문) to the truth | MarkhyuckWhere stories live. Discover now