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Mark estaba despierto, desde hacia bastante de hecho, pero no quería abrir los ojos, no quería enfrentarse al día que estaba por pasar.

Su pecho se sentía tan pesado, como si tuviera ladrillos arriba de su corazón, su respiración era lenta, casi imperceptible. En su pecho su lobito ni siquiera se movía, solo estaba ahí, hundido en dolor y tristeza, dejando que sus heridas sangraran, que afectarán a Mark.

Ese día, lamentablemente, era su cumpleaños, su cumpleaños número 18 y no había ni un poco de felicidad en su cuerpo por ello.

Todo era tan amargo para Mark, absolutamente cada detalle, más siendo que cumplia 18, ahora era legalmente un humano-lobo adulto y eso era aún peor.

El último cumpleaños que festejo fueron sus 16, un día que había sido divertido hasta que los Cho se lo arruinaron, aún recordaba cada detalle a la perfección.

En la mañana su hermanita Ivy lo despertó con mucha emoción y le dio un dibujito muy bonito como regalo de cumpleaños y desayunaron junto a EunHye, la cual se encargo de hacerle el mejor festín de todos. Luego fue a la escuela, aunque ni siquiera estuvo demasiado tiempo allí porque su primo John logró armar una excusa perfecta para sacarlos tanto a él como a Jaehyun de clase, todo para dejar que Mark decidiera como quería pasar su día de cumpleaños.

Recordaba haber pasado toda la tarde jugando videojuegos, también recordaba el muy triste pastel que hicieron los tres juntos, el cual se les había quemado pero por alguna razón estaba crudo por dentro. Ese día fue tan divertido, tenía suerte de tener algunas de las fotos que se sacaron, lástima que no pudo quedarse con los regalos que le dieron, pero eso había sido culpa de los Cho.

Porque claro, Cho Hyungmin se dio cuenta que se había escapado de clases y lo castigó, obligandolo a ayudarlo con las cosas de la empresa hasta altas horas de madrugada y de paso, termino tirando todos los regalos que recibió ese día, destruyendole un poco el corazón.

Ese era el último cumpleaños que celebró, el último que vivió, pero aún así le daba un sabor tan agradulce recordarlo, por lo que vivió en el momento y por todo lo que sucedió después.

Hacía un año los Cho decidieron matarlo, darle un fin público al que fue su hijo, a Minhyung, porque a Mark lo habían matado mucho antes, justamente el día de su presentación, en la sala de estsr de lo que fue su hogar, al frente de todas las betas que lo vieron crecer.

Mark no pudo terminar sus 16, ni disfrutar su presentación o la llegada de sus 17. Perdió meses de su vida encerrado en esa casa, drogado y bajo su poder. Aunque también perdió la oportunidad de darle un buen cierre a la que fue esa vida, la de Minhyung, nunca logró despedirse de las personas que amaba y sigue amando y eso, eso dolía demasiado.

Sin contar todo el tiempo de después, en el que se despertó en un realidad completamente rota, con las peores noticias esperando por él. Casi pierde a su lobo, había perdido su cuerpo de antes, tuvo que escapar para sobrevivir y empezar una nueva vida desde cero.

Era tan extraño estar cumpliendo 18 años, no cuando seguía sintiéndose de 16, atrapado en todas esas emociones nuevas y viejas que no sabía como manejar. Para él no tenía sentido.

¿Cómo es que todo lo que le había pasado solo sucedió hacía tan poco?, ¿Como había logrado a llegar hasta donde estaba después de todo?

Si era sincero, aveces se sorprendía con el simple hecho de que seguía vivo.

No se sentía un adulto, no estaba listo para ser uno aunque toda su vida se preparo para serlo. Ahora solo era como un niño encerrado en un cuerpo que no sabía manejar, en un mundo que todavía le daba miedo, dependiendo constantemente de los demás para sentirse a salvo.

the Moon (문) to the truth | MarkhyuckWhere stories live. Discover now