15: Una pequeña excepción.

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Para NamJoon el sexo siempre ha sido una actividad física, básica y vital, que necesitaba para satisfacer una necesidad primordial; mucho más allá de algo que hiciera por el simple hecho de sentir placer. Por lo mismo, él no suele dormir con sus amantes. Nunca le ha gustado. Desde su punto de vista, compartir una cama y tener sexo, deberían ser dos cosas separadas el uno de la otra.

Uno comparte su cama con su compañero, o su esposo, la persona a la que estás vinculada de alguna u otra forma; sabes que esa persona es una constante en tu vida. Eres consciente de que su aroma no desaparecerá de la noche a la mañana. Y lo toleras, porque es tu vínculo amoroso o contractual, así que soportas y aprendes a vivir con todo lo que esa persona representa en tu vida.

Pero no era así con un amante o un vínculo causal. Una persona que salió de la nada y se iría tan rápido como llegó. ¿Por qué permitir que el aroma de una persona cualquiera se quedará en tus sábanas, tu habitación, tu ropa, inundando cada parte de tu espacio personal con él, como si perteneciera allí y no fuera más que un extraño? Era ridículo. En el peor de los casos, demasiado desagradable. No todos los aromas eran atractivos para su olfato, así como no todas las personas lo eran. Un amante o un vínculo causal no deberían fingir ser una habitualidad.

Pero, por supuesto, como todo hombre sano, él tenía sus necesidades fisiológicas y en ellas estaba incluido el sexo. Nunca se ha privado de tener un acompañante sexual durante sus celos o cuando le apetecía. No era algo anormal que se acostara con alguien que apenas conocía, del cual ni siquiera recordaría su nombre a los pocos días, porque eso era lo que significaba tener un encuentro casual; fugaz y eventual. Nunca fue seguro, fijo o regular, porque el deseo y la pasión eran arbitrarios, así como el amor. Por lo tanto, cuando se acostaba con una de estas personas, ni siquiera los llevaba a su departamento; mucho menos los dejaba dormir en su cama. Prefería pagar un hotel antes que llevarlos a su espacio personal. Y por la única razón que compartiría una cama con ellos después del sexo sería por su celo. Estando en todos sus sentidos le irritaba, en gran medida, la idea de tener un cuerpo acostado a su lado.

Fue sumamente incómodo e innecesario.

Y Kim SeokJin tenía que ser otro más de sus vínculos casuales. Un arreglo nacido de un intenso y apasionado deseo que quema y oscurece todo a su paso, que terminaría en cualquier momento, porque NamJoon sabía que esa clase de llameante, lujuriosa y pasional ansia tenía que desaparecer tan rápido como se desata. Pero fue más arbitrario, salvaje y desmedido de lo que creyó en un principio.

Entonces, esa mañana estaba un poco incierto, sin saber cómo sentirse al despertar con el cuerpo cálido y suave de Kim SeokJin acurrucado en su costado. Demasiado cerca de él. Más cerca del límite que había establecido sobre el contacto corporal en la cama. Pero tampoco sabía cómo sentirse al notar que tenía una erección matutina como un maldito adolescente hormonal.

Esto fue inaceptable. Totalmente una locura.

Pero la cantidad de veces que Kim SeokJin y él se habían reunido con excusas de mierda en esas dos semanas para tener sexo tenía que ser sumamente alarmante. Esta fue la sexta vez que SeokJin, ese omega cínico y orgulloso como la mierda, amanecía durmiendo plácidamente en su cama, y fue insólito como se estaba metiendo en su espacio personal. Sin embargo, a NamJoon no lo alarmó en absoluto, teniendo en cuenta que la primera noche que SeokJin se quedó en su departamento, al siguiente día, terminaron quedándose en la cama hasta el mediodía. NamJoon agradeció sinceramente que ese día hubiera sido sábado y que no tuviera ningún compromiso importante en la mañana. Su autocontrol no era demasiado bueno cuando el omega empezaba algunos de sus juegos.

En realidad, para ser honesto consigo mismo, fue su segundo encuentro después de aquella noche lo que encendió las alarmas en su cabeza. Para esa ocasión, NamJoon pensó que sería más adecuado encontrarse en un hotel, así evitaba que SeokJin se inmiscuyera en su vida privada. Un omega demasiado curioso era ciertamente un problema, mucho más si ese omega se trataba de Kim SeokJin. Así que bueno, decidió que era lo mejor no volver a llevarlo a su departamento; no después de como el omega le hizo volver a la cama esa primera noche. No obstante, después de llevar a Kim SeokJin al hotel, NamJoon descubrió que no era práctico en lo más mínimo.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Where stories live. Discover now