Seduciendo Un Alfa |NamJin|

19: Pequeños accidentes.

A NamJoon no le gustaban las cosas nuevas. Tal vez porque tenía demasiada resistencia a los cambios, o quizás no tenía la suficiente predisposición para ellos, pero esto era algo que constantemente se repetía a sí mismo y a los demás; le desagradan los cambios abruptos y las sorpresas. Y para muchas personas, especialmente para Kim SeokJin, su vida parecía ser de lo más monótona y aburrida. Ellos tenían razón. Pero a NamJoon le gustaba esta tranquilidad que se podía permitir a sí mismo con esto.

Naturalmente, la tan sola idea de que algo estaba fuera de su dominio lo estresaba, porque le complacía tener el control en todos los aspectos de su vida, incluyendo a las personas que dejaba entrar en ella. Por lo mismo, siempre hubo una planificación para todo: veía a su familia, normalmente, casi todos los sábados. Visitaba a sus abuelos cada trimestre. Solía reunirse con sus viejos amigos una vez por mes. Las reuniones, almuerzos y viajes de trabajo estaban agendados con semanas, sino meses, de antelación. Siempre hubo un orden y preparación con anticipo en todo lo que hacía. Entonces, por supuesto, hacer cosas sin premeditación, en realidad, era muy absurdo e inesperado de su parte. Pero últimamente se encontraba haciendo cosas que no estaban planificadas; se hallaba cediendo control en muchos aspectos que no le gustaba mencionar, ni aceptar, en voz alta.  

Todo fue culpa de Kim SeokJin.

Desde que entró en su vida, por culpa de una cita no premeditada, NamJoon tuvo que ser consciente de que el omega lo envolvería en lo que él era: espontaneidad.

Kim SeokJin era espontáneo, como las catástrofes, o las estrellas fugaces. Él era una persona que actuaba por su naturaleza, dejándose llevar por impulsos, sin reprimirse por consideraciones banales. No fue cuidadoso, no fue considerado y mucho menos racional. Él era todo lo que NamJoon no era. Y tal vez fue eso lo que a NamJoon, en un principio, le desagrado de su personalidad. SeokJin era la clase de persona que alguien como él trataría de evitar por todos los medios posibles. Pero el omega se había convertido en una molesta excepción en todo su orden lógico acerca de su accionar. NamJoon ahora era consciente de que, sin importar lo que hiciera, no podía alejar al omega.

Kim SeokJin fue ineludible.

Quizás como el odio, las obsesiones y el amor.

Y naturalmente, como una persona racional y sensata, NamJoon consideró que no era adecuado continuar gastando su tiempo y energía en querer rehuir de algo inevitable. Desafortunadamente, no tuvo más opción que empezar a acostumbrarse.

Él se empezó a acostumbrar a Kim SeokJin y a su fastidiosa presencia en su departamento. Se acostumbró a su aroma a jazmines, la dulce fragancia que ahora siempre perfumaba su piel y sus sábanas, y a su risa ruidosa. Se acostumbró a sus charlas nocturnas sin sentido y sus comentarios mordaces e incisivos. También se estaba acostumbrando a sus comidas creativas y desordenadas. Y por si fuera poco, NamJoon también había empezado acostumbrarse a su desvergüenza natural y su cinismo... Él realmente se estaba acostumbrado por completo a la presencia de Kim SeokJin en su vida. Y lo molesto de esto es que, para su propia sorpresa, no le llevó mucho tiempo hacerlo.

Ahora, de hecho, no le importaba tanto ver a Kim SeokJin una mañana de un viernes, acostado en su cama, desnudo y entretenido con su celular, sin ninguna clase de decoro ante su obviamente desnudes. Y NamJoon trató de ignorar su presencia, como usualmente estaba haciendo en las mañanas en que SeokJin amanecía en su casa, mientras se dirigía a su vestidor para sacar un traje de tres piezas y vestirse. Pero no pudo hacerlo. Cuando se dio la vuelta, Kim SeokJin continuaba provocadoramente desnudo en su cama, con la única diferencia siendo que ahora estaba acostado boca abajo, dándole una perfecta vista de su redondo y pequeño culo, salpicado por pequeñas marcas rojas, mientras se reía con su celular en las manos.