18: La temperatura perfecta.

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La primera vez que NamJoon creyó estar enamorado fue a la edad de diecisiete años.

Estaba en su primer año de escuela superior en ese momento, y se había presentado como un alfa un año atrás. Pero habían pasado quince años desde aquel entonces; casi la mitad de su vida. Era demasiado tiempo para recordar con exactitud la forma en la que se sintió en ese entonces.

¿Cómo se sentía estar enamorado? ¿Qué fue lo que sintió? No lo recordaba. Incluso si era presumible que fue su primer amor, ni siquiera recordaba el nombre de la omega correctamente.

Tal vez ella se llamaba Park Hyerin o Haeryn. Quien sabe. Solo podía recordar que ella era una niña correcta e inteligente para todos en su salón. Sin embargo, en privado, ella era totalmente diferente. Pero la omega no deseaba una relación seria; ella solo deseaba probar que se sentía estar con un alfa por primera vez. NamJoon no volvió a buscarla cuando ella sació su curiosidad con él, sin embargo, pensó en ella por un pequeño corto periodo de tiempo con enojo. Creyó que habían estado enamorados y no resultó ser así. Pero al final, unos meses después, pasaron tantas cosas y conoció tantas nuevas personas que, francamente, ella terminó siendo solo una persona más en sus recuerdos.

Y, por lo mismo, ya no recuerda ese entonces con algún sentimiento especial. Él hizo muchas cosas imprudentes como tatuarse, beber, fumar y coger con cualquier omega o beta lo suficientemente agradable. Esa fue su maldita etapa rebelde; enojado con todas las personas, especialmente con su padre, que lo presionaba sin descanso. No sentía ninguna clase de orgullo al recordar ese tiempo. Normalmente, sentía que el NamJoon de sus tres años de escuela superior era una versión ridícula e inmadura del hombre en el que se convirtió unos años después.

Pero pisar a su yo de ese entonces le ayudó a escalar y convertirse en la persona que es ahora. Todo fue parte de un complejo período de aceptación y maduración.

Por lo mismo, NamJoon dejó de preocuparse por cosas como el amor y el romanticismo hace muchos años atrás. Incluso antes de conocer a Kang Jooha. Él podía decir con seguridad que no era una persona que se enamoraba con facilidad. No le iba el romanticismo de ninguna forma.

Pero el amor y la obsesión no estaban muy lejos el uno del otro. Ambos términos compartían características un tanto similares.

Kim SeokJin, con su molesta e irritante personalidad, había empezado a provocar algo en él demasiado insano. NamJoon conocía perfectamente bien lo que era este sentimiento. Y aunque no estaba obsesionado con el omega, en el interior, temía terminar haciéndolo.

Tocar a Kim SeokJin. Besar a Kim SeokJin. Follar a Kim SeokJin... Todo se estaba volviendo demasiado adictivo e imparable... Y las adiciones eran malas; tan malas como lo eran las obsesiones y el amor.

A NamJoon no le gustó esto de ninguna forma. Pero la abstinencia nunca fue su manera de combatir las adicciones. Se dio cuenta de esto durante las dos semanas en las que no tocó al omega. Por lo tanto, alejarse de SeokJin en este punto, solo provocaba que su hambre por él creciera más...

—¿Me estás escuchando? —SeokJin cuestionó con una ceja arqueada. Él estaba sentado en el asiento del copiloto y lo miraba con una expresión tranquila.

NamJoon le dio una larga mirada cuando se detuvieron en un semáforo y confirmó sus pensamientos.

Simplemente, dejaría que el fuego quemé hasta que no quede nada más. Y cuando solo quedarán las cenizas, ya no habría incandescencia.

NamJoon tenía que empezar a ceder por su propio bien, incluso si le costaba hacerlo.

—Estoy escuchando.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora