17. ¡No somos novios!

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SeokJin no era un omega enfermizo. Él normalmente no solía enfermarse mucho. Tal vez dos o tres veces al año cuando era más joven. Pero siempre fue bastante saludable.

Sin embargo, en cuanto se hablaba de su capacidad física, era un tema totalmente distinto. SeokJin siempre ha sido de contextura delgada, incluso si iba al gimnasio a diario, no conseguiría ganar mucha masa muscular. Él prácticamente era la contraparte de Jeon Jungkook, quien parecía ganar masa muscular muy fácilmente. Por lo tanto, aunque SeokJin no suele enfermarse mucho, podía terminar como ahora: enfermándose solo por el trabajo físico que realizó durante esas tres semanas sin comer y dormir adecuadamente. Él no lograba tolerar bien el cansancio físico. SeokJin a veces odiaba su cuerpo por esto tanto como lo amaba.

—Él estará bien. Solo necesita descansar.

SeokJin escuchó al doctor de su familia informarle a su madre. Pero ni siquiera giró el rostro para mirar al hombre. Su cabeza y cuello estaban pulsando gravemente con dolor.

—¡¿Está seguro, doctor?! —JiEun, que estaba sentada en su cama, cuestionó a su doctor con alarma y preocupación. La mujer había estado muy preocupada desde que el manager de SeokJin lo trajo a casa esa tarde porque tenía mucha fiebre—. ¡¿Mi hijo estará bien?! ¡¿No es nada grave?!

—Es solo estrés, mala alimentación y agotamiento —aseguró el doctor mientras recogía sus cosas—. Los omegas con la fisiología de su hijo no pueden tolerar una gran cantidad de agotamiento físico y mental.

SeokJin se quiso reír de eso, pero no tenía energías para reírse, y el doctor estaba en lo cierto. Repentinamente, se sentía totalmente drenado de su usual ímpetu y vivacidad. Le dolía la cabeza, su cuerpo se sentía muy pesado y estaba deprimido. Pero, desde luego, fue su propia culpa terminar así, aunque odiaba sentirse enfermo.

No obstante, fue la primera vez que SeokJin se esforzó tanto por una persona que no era él mismo, ya sea por capricho o complacencia, pero logró conseguir el dinero para el regalo de NamJoon y mucho más. Sin embargo, al final, hubo un gran problema: la pintura que iba a comprar para el alfa fue vendido a alguien más el día anterior. ¡Y él no lo soportó!

Tal vez por esto SeokJin se sintió tan enojado, cansado y molesto que hasta terminó con fiebre. Y su cuerpo, que era naturalmente delicado, colapsó por la fiebre ese mismo jueves por la tarde.

—¡¿Mala alimentación?! —JiEun inquirió con sorpresa e incredulidad. Ella miró a su hijo y acarició su rostro con inquietud. Estaba preocupada, pero no era la primera vez que Jin se enfermaba por sobreesfuerzo, aunque había pasado mucho tiempo desde la última vez—. Mi hijo come muy bien, doctor Shi. ¿Cómo es eso posible...?

—Probablemente, ha estado dejando algunas comidas al día en estos últimos días —el doctor explicó, tratando de adivinar lo que SeokJin hizo en esas últimas tres semanas, y acertando totalmente con su razonamiento—. Eso pudo provocar que el estrés lo agotará más de lo normal.

Jin inhaló profundamente, sintiendo mucho sueño. Pero el doctor no mintió. Su manager y él estuvieron tan ajetreados con todos los trabajos que habían aceptado que él, como máximo, comió solo una o dos comidas al día. Además, su trabajo requería que estuviera delgado. A veces, tal vez demasiado. Siempre fue un arma de doble filo.

—Solo permítale descansar adecuadamente —el doctor Shi dijo cuando finalmente estaba por irse. Su padre estaba de pie en la puerta de su dormitorio para acompañar al hombre a la salida de la casa. Pero SeokJin sintió que su padre lo miró con suficiencia, un claro «te lo dije» en su mirada, que le hizo enojar en demasía—. Estará bien mañana o el sábado. Dele los analgésicos que le recete, sirven para la fiebre y el dolor. También lo ayudarán a descansar mejor.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Where stories live. Discover now