42: Por primera vez.

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SeokJin nunca se había enamorado.

Siempre había mantenido una actitud apática hacia sus relaciones casuales. Aunque aún podía recordar algunos encuentros especiales, eran muy pocos los que persistían en su memoria. Por ejemplo, SeokJin recordaba con claridad el primer alfa con el que se acostó. Ambos tenían diecisiete años cuando sucedió, y el tipo era alguien de su misma clase, demasiado presumido pero igual de virgen que él. La experiencia fue, sin lugar a dudas, una de las peores que SeokJin había tenido hasta ahora: dos vírgenes demasiado cachondos y ansiosos por follar. Todo había sido demasiado rápido y él no sintió mucho placer; estaba más concentrado en sentir en lugar de dejarse llevar por el momento. Actualmente, recordaba aquel encuentro solo por lo malo que fue, no porque le hubiese gustado el tipo en cuestión.

También recordaba la primera vez que creyó que podría enamorarse. Fue la primera vez que se relacionó con un hombre mucho mayor que él. El tipo le llevaba alrededor de quince años, cuando él solo tenía veinte. En ese entonces, pensaba que era demasiado maduro para su edad y se preguntaba por qué debería acostarse con alfas estúpidos e inmaduros cuando había hombres experimentados, ricos y maduros que lo deseaban. Sin embargo, resultó ser una pérdida de tiempo; ese hombre estaba casado y solo había estado jugando con él. La relación terminó cuando el esposo del alfa descubrió la infidelidad. Y cuando eso pasó, SeokJin creyó que se sentiría traicionado, herido e infeliz, porque creía que estaba enamorado.

Pero no hubo nada.

No sintió el vacío en el corazón ni la amargura de la ruptura. Simplemente, fue lo suficientemente descarado como para decir: "De todas formas, soy demasiado bueno para ti". Al día siguiente, ya había pasado de página.

A sus veinticinco años, SeokJin se dio cuenta de lo tonto que había sido en el pasado, pero continuó pensando que era demasiado bueno para cualquier persona. La gente lo llamaba narcisista, engreído y presuntuoso por esto, pero eso no le importó en lo más mínimo. Él seguía pensando que nadie era lo suficientemente bueno para él.

Hasta que conoció a Kim NamJoon.

La palabra "destinados" sonaba bonita y graciosa, pero solo la consideraba sacada de cuentos de hadas para niños. Una fantasía llena de romanticismo y una tonta mentira.

Pero, por primera vez, alguien hizo que su mundo se tambaleara.

Conocer a Kim NamJoon había sido como un torrente emocional que había sacudido los cimientos de sus creencias y actitudes. Era como si todas las certezas en las que se había apoyado durante años se hubieran desmoronado una a una.

No pudo retener la atracción que sentía hacia ese hombre, fue algo que iba mucho más allá de lo físico y, con cada encuentro con NamJoon, quedó más intrigado y obsesionado. No supo cómo lidiar con esos sentimientos que iban en contra de su naturaleza autoafirmada y orgullosa. Se encontró en un constante vaivén entre el deseo de mantener su fachada de indiferencia y la necesidad por ese alfa. Entonces, el muro que había construido con tanto esmero se derrumbó, y SeokJin se encontró atrapado.

Desafortunadamente, por primera vez en su vida, también se había enamorado.

Y cuando creyó que iba a pescar un pez gordo, fue arrastrado al agua y devorado por un tiburón.

—Señor, ¿dónde le gustaría que ponga esta caja? —preguntó un beta con amabilidad, sacando a SeokJin de su ensimismamiento.

SeokJin parpadeó, tomando un segundo para enfocar su atención en el empleado que tenía frente a él. Había estado absorto en sus pensamientos nuevamente, lo que le hizo sentir un poco desconectado de la realidad.

—Ah, disculpa por la distracción. Puedes colocarla junto a las demás cajas en la sala de estar —respondió, con un gesto vago hacia las escaleras—. Las moveré más tarde cuando empiece a organizar mis cosas.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Where stories live. Discover now