EPÍLOGO

9.1K 882 683
                                    




Kim NamJoon nunca fue el tipo de alfa que soñaba con tener una familia propia. El matrimonio y tener hijos eran cosas que daba por sentado, no porque anhelara ser esposo y padre, sino porque eran responsabilidades inherentes como heredero de una gran familia. Por supuesto, esperaba ser un excelente padre una vez que tuviera hijos y también tener una convivencia armoniosa con su compañero. Sin embargo, hasta ahí quedaban sus expectativas; no esperaba más de un matrimonio arreglado.

Porque siempre pensó que un matrimonio arreglado era su única opción.

Asuntos como compartir su cama, sentir el calor de otro cuerpo contra el suyo y anhelar el aroma de alguien más arropándolo todas las noches estaban fuera de sus deseos.

NamJoon nunca había sido un romántico.

Desde siempre, detestaba las típicas muestras de amor, como las flores, los poemas cursis o las cenas a la luz de las velas. Siempre había considerado esas cosas innecesarias y hasta un poco ridículas. Prefería demostrar su afecto a través de acciones concretas y le parecía más valioso construir una relación sólida basada en la confianza y el respeto mutuo.

A pesar de esa aversión al romanticismo, al despertar esa mañana y reflexionar sobre todas las cosas que había hecho por amor, mientras abrazaba el cuerpo suave y cálido de su esposo, NamJoon no se sorprendió. El omega en sus brazos era completamente suyo ahora, y no podía evitar preguntarse cómo había caído tan profundamente en lo que él solía considerar cursilerías o incluso una debilidad. Sin embargo, en ese momento, se sentía como si estuviera viviendo un maravilloso sueño.

Un sueño del que no deseaba despertar.

Por suerte, todo lo que hizo el día anterior para darle una pequeña boda memorable a su omega había sido real. Casarse con Kim SeokJin fue real; tenerlo encerrado en sus brazos también lo era, y el bebé que crecía en su vientre era tan real como todo lo demás.

Kim SeokJin era su esposo e iban a tener un cachorro juntos.

Eran una familia ahora.

NamJoon nunca se había sentido tan pleno, realizado y sin preocupaciones desde que era un niño. No cambiaría nada en su historia con tal de no perder este momento tan especial.

Los tenues rayos de la mañana ingresaban por el ventanal y besaban la piel de SeokJin. Se veía etéreo. Sus mejillas tenían un sutil color rosado y sus labios estaban entreabiertos, todavía hinchados y con magulladuras después de todos sus besos de anoche. NamJoon había disfrutado cada momento saboreando su piel y perdiéndose en la suavidad de su boca una y otra vez.

Dejó escapar una exhalación como un maldito tonto y deslizó sus dedos por la frente de Jin, peinando fuera de su frente los cabellos de su flequillo. El corazón de NamJoon se agitó un poco al ver su linda cara. Se sentía como un adolescente locamente enamorado en la flor de su juventud. Era completamente una locura cómo todavía la efervescente emoción de la noche anterior lo tenía eufórico. Quería tocar, besar y oler toda esa piel suave y caliente. Quería hacerle el amor y hacerlo sentir en las nubes durante cada segundo.

NamJoon se inclinó y presionó sus labios contra la frente de Jin, acarició su cabello fuera de su rostro y llevó sus labios a su sien, sus mejillas, sus labios y barbilla. Se sentía insaciable, como si no pudiera tener suficiente de su omega.

Terminó llevando su nariz al cuello de SeokJin, e inhaló profundamente su aroma, extasiándose con él. Jin había dejado de oler únicamente a jazmines. El sutil aroma a las flores ahora tenía una nota embriagante a ginebra y algo más sutil. SeokJin olía a NamJoon y a embarazo. Todo su cuerpo olía a NamJoon y el fruto de su amor. Ahora que habían formado un lazo entre ellos, todos sabrían que Kim SeokJin tenía un alfa, un compañero que lo había hecho suyo de todas las formas. NamJoon sintió una oleada de júbilo. Tal posesividad no era sana. Pero la idea de que ahora todos sabrían que este era su omega y que el bebé en su vientre era suyo lo llenaba de una irremediable posesividad.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Where stories live. Discover now