45: El arcoíris después de la tormenta.

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Dos SUV negros avanzaron por las concurridas calles de Busan durante el mediodía. NamJoon estaba sentado en el asiento trasero de uno de ellos, rodeado por la secretaria Jung a su izquierda y el Jefe Choi a la derecha, cada uno de ellos portando una expresión que mezclaba la seriedad con la anticipación.

Este no era un viaje cualquiera a la costa sur de su país; después de regresar de Japón, hace apenas dos días, estaba en busca de un viejo conocido, un hombre con el que había prometido no volver a asociarse. Sin embargo, debido a los últimos acontecimientos, tendría que romper su propia promesa y acudir a él para cerrar un trato.

El restaurante elegido como punto de encuentro no era un lugar común, sino más bien un templo de lujo en medio de la abarrotada ciudad. NamJoon sabía que ese alfa no escatimaba en gastos cuando se trataba de asegurarse de que sus reuniones fueran tan confidenciales como impecables, así que aceptó encontrarse en el lugar sin muchas vacilaciones.

Cuando el SUV se detuvo frente al establecimiento, los hombres de su antiguo socio ya estaban esperando fuera del lugar.

El representante del otro alfa, un tal Sr. Moon, se acercó a la ventana del vehículo y saludó con una inclinación de cabeza respetuosa. A pesar de su apariencia tranquila y educada, NamJoon había escuchado rumores sobre la reputación de este alfa: no era más que un asesino a sangre fría conocido por su astucia y capacidad para manejar operaciones ilegales con una facilidad que asustaba a muchos.

Bajó del vehículo acompañado del Sr. Choi y otro de sus hombres más cercanos. La secretaria Jung se quedó dentro del SUV para revisar su agenda, mientras que los demás permanecieron fuera del restaurante, alertas y listos para responder a cualquier señal. La puerta del lujoso establecimiento se abrió ante ellos, revelando un interior decorado con elegancia. NamJoon se adentró en el lugar sin esperar un segundo más.

Llevaba años conociendo al alfa con el que se encontraría; habían sido socios cuando apenas se estaban iniciando en el mundo de los negocios, ambos jóvenes y llenos de ambición. Por eso, no se preocupaba mucho por lo que este hombre fuera a querer, pero era una persona con la que a NamJoon no le gustaba que lo relacionaran porque ahora caminaban por senderos diferentes.

A medida que avanzaba hacia el salón privado, NamJoon recordó las veces en que habían compartido información, recursos e incluso, en el pasado, cuando empezó a deshacerse de la suciedad de KNS Inc., una estrecha confianza. No le enorgullece reflexionar sobre eso, pero algo que tenía que admitir era que las cosas nunca salieron mal. Ambos eran astutos y nunca dejaron un cabo suelto; hicieron buen uso de todos sus recursos para lograr sus propias ambiciones.

Sin embargo, este trato era diferente. A diferencia de los acuerdos de aquel entonces, tenía un propósito distinto. Esta vez, NamJoon estaba a punto de revelar una debilidad tan grande como para hacerlo temer lo que su tía podría lograr con ayuda externa. Estaba a punto de romper su promesa y buscar ayuda.

El salón estaba iluminado por la tenue luz de las linternas colgantes, y las mesas bajas y cojines en el suelo ofrecían un ambiente tradicional. Su socio estaba sentado en uno de estos asientos, esperándole con una calma que ocultaba la fiereza que había acumulado a lo largo de los años. Era un alfa de aproximadamente de su misma edad y estatura. Cualquiera que lo viera notaría un extraño parecido entre ellos, pero la cicatriz en el cuello del otro alfa lo hacía ver más salvaje, a diferencia de NamJoon, que siempre lucía como alguien severo y poco accesible.

Se acercó y, sin perder tiempo, tomó asiento frente a él. Sus ojos se encontraron, y un silencio tenso llenó el aire antes de que cualquiera de los dos hablara. El otro alfa sonrió, pero sus ojos reflejaban una mirada afilada que nunca desaparecía por completo.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora