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Limpiar todo ese desastre era lo de menos, después de todo no quedaba mucha comida en los platos. Solucionar el problema familiar era lo verdaderamente difícil.

— ¿Por qué le enseñaste eso a BeomGyu? — le preguntó el rey a su sirviente.

— Estábamos en el jardín cuidando de las rosas y saltó una araña, así que empecé a explicarle a los niños qué insectos eran buenos y cuáles eran malos. — le contó, reprimiendo una sonrisa. — lo sé, tomar cucarachas es muy asqueroso, pero no es peligroso para nadie. Quería quitarle el miedo a los niños.

— Son niños, van a hacer travesuras con todo lo que les enseñas. Para la próxima, ten más cuidado con lo que les enseñas. — alegó el padre.

— ellos necesitan perder el miedo desde que son pequeños, es parte de una disciplina. — le explicó. — Su majestad, ellos no son diferente a mí, son personas, y por eso quiero enseñarles a que no le teman a algo inofensivo para que en un futuro no se desesperen con algo tan minúsculo.

— no, JinYoung, te equivocas. — le interrumpió el rey. — BeomGyu es el príncipe heredero al trono, el futuro rey de esta nación y tu dueño; SoYeon es una princesa que será una gran reina y gobernará sobre la faz de la tierra, con o sin marido; ChangMin será un príncipe que apoyará a su hermano hasta el último momento, mientras que tú solo serás un simple y asqueroso criado, un esclavo más del montón, desechable y alguien sin gracia. Si estás aquí, es solo porque así lo quieren mis hijos.

— si mi estadía en el palacio depende de los niños, entonces el príncipe Cha EunWoo deberá tener cuidado. — comentó el sirviente, entrando en terreno peligroso. — los príncipes me han dicho su opinión sobre él. Aquí todo pasa por su mano, sé que es así. Usted ve algo en mí, por eso me tiene aquí.

— será mejor que cierres esa boca antes de que te corte la lengua. — le amenazó el rey, haciéndolo callar. — un caso más así y te enviaré de vuelta al mercado de esclavos. No entiendo cómo tienes la osadía de hablarme así.

— Lo que es esencial es invisible a los ojos. — dijo tímido. — Es lo que quiero enseñarles.

— ¡con cucarachas!

— Me aseguraré de usar una mariposa para la próxima. — se justificó.

— no quieras bromear conmigo, mocoso insolente. Mis hijos no son como la gente pobre, no tienen necesidad de tocar esas asquerosidades. Ahora, ve por mis hijos. — ordenó.

— sí, su majestad. — dijo triste.

— y, JinYoung, no porque ame a mis hijos, significa que te vaya a dar una oportunidad o darte un lugar especial. — le aclaró antes que el chico cerrara la puerta.

Cuando el chico se fue, JaeBeom golpeó la mesa, bastante irritado. ¿¡cómo se atrevía a...!? Bueno, su intención era buena, pero no era la instancia, no era el tiempo y mucho menos el lugar para hacerlo. Eran niños, pensaban en hacer travesuras y no medirían las consecuencias de sus actos, ¿y quién tendría que corregir sus mal comportamiento? Lim JaeBeom, rey.

Cuando BeomGyu entró acompañado de sirviente, se puso firme, mirando a su hijo.

— ¿eres consciente de lo que hiciste con nuestro invitado? — le habló fuerte, apenando al menor. — asustaste a tus hermanos y al príncipe EunWoo, causaste un desastre donde todo pudo haber terminado mal y te reías como si nada, ¿¡sabes lo que pudo causar las consecuencias de tus actos!?

— no... — respondió en voz baja.

— no, no lo sabes, tampoco sabes lo que yo voy a tener que hacer para corregir las consecuencias de tu travesura. — habló más fuerte, haciendo llorar al niño. — no, no vas a llorar ahora. Ahora vas a ir a pedirle perdón al príncipe EunWoo mientras pienso en un castigo adecuado para ti.

Slave (JJP)Where stories live. Discover now