Slave (JJP)

²⁰

Físicamente, estaba cuidando a los príncipes, vigilando lo que hacían por ahora; mentalmente, estaba pensando en qué tanto estaba odiando al príncipe Cha. Le caía mal y esa enemistad lo mantenía distraído. Bueno, quizás ni siquiera era un odio real, pero el rechazo que sentía, el desagrado, la fobia al verlo se resumía fácilmente en esas palabras, pero acorde a su naturaleza, sentía que "odio" no era la palabra que describiría perfectamente su sentimiento hacia esa persona.

Si tuviera la oportunidad de deshacerse de él, la tomaría. Ni siquiera pensaba en el poder que se lo facilitaría, sino que quería encontrar aquel trapo sucio que desemascare todos los planes malvados que Cha tenía para la familia real. Ni siquiera es que tuviera pruebas para sospechar de él, sin embargo, cuando su instinto le decía algo, debía hacerle caso, en principio por dos vivencias... y en segundo plano era porque le gustaba tener la razón, algo completamente perteneciente a la naturaleza y esencia del ser humano.

Sin embargo, debía olvidarse de eso por el momento y se concentró en los niños.

— papá recibió la carta de nuestro tío y abuelo y dicen que van a venir pronto a visitarnos para la boda. — dijo SoYeon con alegría, mostrando el papel. — ¿sabes? Haremos que tú tengas varios vestuarios preciosos para que te veas más hermoso y opaques a EunWoo el día de la boda.

— no es necesario que gasten tela en mí, me siento cómodo con mi ropa normal. — contestó, abrazándola para que se sentara junto a él. — además, será el día de los novios, no el mío. Ellos deben brillar y acaparar la atención.

— ¿irás con una pareja?, debes ir con alguien. — dijo BeomGyu. — ve conmigo, sé mi pareja.

— pequeño, no puedo, tú eres el príncipe y supongo que tendrás un lugar apartado y especial para ti. — le dijo sereno. — y el príncipe ya dijo que tiene un lugar reservado para mí. No será posible ir con alguien.

— yo escuché a príncipe decile a su mamá que no nos quere en la boda. — dijo ChangMin, dejando preocupado al mayor. — no nos quere en la boda del rey.

— ¿está loco?, nosotros debemos estar presente. — manifestó SoYeon enojada. — nosotros somos los príncipes de este palacio, tenemos derechos que él no tiene, no puede prohibirnos nada, es más, nosotros podemos prohibirle cosas a él. 

— no, no puede, en efecto, prohibirles algo. — le interrumpió el doncel. — pero su padre sí, y si el príncipe logra convencer a su padre, entonces será difícil hacerlo cambiar de parecer.

— pero yo soy el heredero al trono, mi voz es más fuerte que la suya. Si mi padre acepta la petición de ese tonto príncipe, haré que ambos se arrepientan. Vamos a hacer valer la voz que se nos dio al momento de nacer. — JinYoung sonrió orgulloso al escuchar las palabras de Beom, independiente de lo indignante que sería que los príncipes no sean invitados a un evento familiar, era algo que Park le había enseñado a los niños de su pueblo.

— escuchen los 3. — les llamó la atención. — su padre va a ser quien tome la decisión final. — dijo, sonriendo con travesura. — ¿saben? Cuando quería convencer a mi padre de hacer algo, era un niño muy obediente y dejaba de pedirle cosas por suficiente tiempo hasta satisfacerlo y relajarlo, luego me acercaba a él con un rollo de canela, porque eran sus favoritos,  y le pedía permiso para hacer lo que antes no me dejaba hacer. No saben de cuántas travesuras tuve que privarme para pedir permiso.

— ¿crees que con papá funcione? — preguntó la princesa ilusionada. — ¿incluso que cancele su matrimonio?

JinYoung idearía un plan para eso personalmente, así que negó lentamente.

— no, no lo hará, pero sí podrán convencerlo de que se queden todo el día y toda la noche a su lado el día del matrimonio. — si es que había. — ahora, niños, tengo que ir a hacer esas cosas aburridas que hace un Doncel de la Corte.

— ¿por qué no he quedas un poco más? — pidió el príncipe heredero suplicando.

— es una vida de adultos, tengo que hacer mi trabajo, pero apenas tenga tiempo, vendré a visitarlos. — contestó, poniéndose de pie para irse. — ni siquiera sé lo que tengo que hacer, pero lo que hago finalmente lo hago, sin darle un sentido, pero luzco bien haciéndolo. — antes de salir y cerrar la puerta, volteó a mirar a los niños. — aunque... por otro lado, niños, es más fácil pedir perdón que permiso. — les guiñó un ojo y salió, cerrando la puerta.

No iba a hacer nada de esas tareas de donceles que Cha le había puesto encima, iba a ir a descubrir quién era Cha EunWoo. No iba a ser el Doncel de la Corte que tanto presumían todos, iba a ser el Doncel de la Corte que el rey necesitaba.

Al doblar por un pasillo, se topó de cara con la madre del príncipe EunWoo.

— hey, tú, sirviente. — lo llamó ella. — ¿qué haces por aquí? Deberías estar en tus estudios.

— iba camino a ello. — respondió con cortesía. — ¿y usted a dónde se dirigía? Tal vez pueda llevarla.

— iba a buscar al rey JaeBeom para hablar sobre el matrimonio previsto con mi hijo. — contestó despectiva. — cosas solo de la realeza.

— bueno, como hoy es viernes, el rey va con su hija, la princesa, a tomar té. — le advirtió. — él no estará disponible para nadie más durante un rato; cosas solo de la familia real.

— pues va a tener que tener tiempo para mí también, porque ya seré parte de la familia y debemos arreglar eso. — alegó ella después de un rato. Park frunció el ceño. — tú deberías largarte. Desaparece del palacio, solo le haces daño a mi hijo.

— yo me quedaré aquí hasta que el rey Lim o sus príncipes lo deseen, solo ellos tienen el poder de echarme. — se defendió, recibiendo una bofetada. — esto... esto no representa nada. No significa nada. Solo es un gesto vacío para mí, ni siquiera ofensivo.

— cállate. — le ordenó la mujer. El castaño bajó su vista al suelo brevemente, notando un papel que antes no estaba allí. Lo pisó para que desapareciera del campo visual de la anciana. — tengo derechos únicos desde que nací que no puedes pasar a llevar con tu insolencia. El rey ya ha hablado de esa rebeldía, deberías encontrarte un macho para controlarte.

JinYoung estaba de acuerdo con ello; con ser esposo de HyunWoo.

— solo le advertiré que el rey no tiene tiempo para nadie más ahora que no sea su hija. Ni yo, que soy un insolente rebelde he tenido el atrevimiento de interrumpir el tiempo de calidad entre padre e hija. — dijo, manteniéndose parado allí. La anciana, bastante enojada, le dio la espalda y se fue. El doncel se quedó ahí hasta que la mujer dobló por el pasillo y sus pisadas no volvieron a oírse.

Rápidamente recogió el papel y lo primero y más importante que notó es que tenía una nota en un idioma que no reconocía, lo cual era extraño, pues manejaba muchos muchos idiomas por aquellos viajeros mercaderes.

Sonrió con desagrado y escondió la nota en su ropa. Necesitaba a JiSung y sus grandes habilidades protectoras.

El guardia era bueno para aparecer en momentos desafortunados, sin embargo, no era tan bueno para ser encontrado. Era un don y una maldición, pero lo amaba tanto que no le interesaba.

Luego de preguntarle a todo ser parlante que se encontrara, logró dar con su paradero: los establos, donde preparaban a los caballos para entrenarlos para la guerra. Era muy bueno en su trabajo.

Tenía la sospecha de que el idioma de la nota era japonés, algo muy desafortunado entonces, pues una nota en japonés y el ataque de un samurai no era nada bueno, incluso... se estaba empezando a formar una hipótesis que no le gustaba para nada.

No entendía mucho la historia de la nación, estaba en aprender eso, pero entendía que la Nación del Sol Naciente y Nación de Joseon no tenían la mejor relación, pues el país ajeno intentaba constantemente invadir Joseon y era un dolor de cabeza para todo el mundo, un temor constante y las personas se preparaban para un futuro incierto.

Si bien el hecho de que EunWoo no se pueda casar con el rey lo hacía feliz, no quería que fuera un japonés, pues significaría que era un espía y le haría daño a los niños si eso significaba llegar a sus objetivos. Si tenía un odio inconmensurable hacia los Cha, esto los pondría en su mira y usaría todo su poder y toda su influencia para desemascararlos.