Slave (JJP)

²⁷

Después de que JinYoung encontró las respuestas que quería, se unió a los otros donceles, usando el mismo uniforme que ellos, usando el mismo material y teniendo la misma diversión aburrida, pero lo que más lo aburría e indignaba era que el uniforme no le daba calor y el salón era gélido. Estaban muriendo de frío, por lo que el príncipe salió a solucionar el problema.

YoungJae había salido al establo a buscar a alguien que llevara la leña a la sala donde los donceles tomaban sus clases muertos de frío. ¿Quién era el irresponsable que los hacía pasar frío?

— hey, tú, ¿por qué aún no has llevado las astillas al salón? — preguntó indignado al hombre que estaba cortando la leña. El hombre se irguió, mostrando su rostro y su cuerpo completo: la camisa no cubría por completo su pecho y sus pantalones eran innecesariamente ajustados en su cadera. El príncipe desvió la mirada algo sonrojado. — ¿y bien?

— ¿acaso no ves que apenas empecé? — le discutió, indignando al muchacho, quien volteó a verlo, pero se distraía muy fácil cuando le veía el cuerpo.

— en tu espalda hay leña ya cortada, ¿no puedes llevar esa acaso? Mis donceles mueren de frío.

— no, porque está húmeda, la almacenaron mal; esta es leña seca, arderá más rápido y les dará un mejor calor. — le contestó, clavando el hacha en el tronco donde cortaba la leña. — apenas empecé, así que tú puedes cargar esta. — le indicó, tomando algunas astillas para ponerlas en los brazos del chico, luego lo volteó, dándole un empujoncito y una nalgada para mandarlo de vuelta por donde vino.

Lim lanzó la leña y volteó a darle una bofetada con su abanico.

— ¿acaso no sabes quién soy yo? — preguntó enojado. El leñador se encogió de hombros con indiferencia.

— pues, alguien muy bonito y que se viste muy bien como para andar abrumado por el frío. — contestó como si nada, haciendo sonrojar al más pequeño.

— ¿en... en serio? — dijo emocionado, casi escapándose una sonrisa, pero logró reprimirla a tiempo. — ¡no! — exclamó. — yo soy el príncipe Lim YoungJae, hermano del rey Lim JaeBeom.

— pero, pero sigues siendo alguien lindo y que se viste bien como para andar abrumado por el frío. — insistió, provocando mariposas en el estómago del mencionado. — y si el príncipe muere de frío, ¿qué tal si le doy un abrazo para que entre en calor? — añadió, tomándolo de las muñecas para acercarlo a su cuerpo. YoungJae no paró de sentir varias cosas en su interior, y lo que menos predominaba era la ira, indignación y rabia que debía sentir. — ¿qué tal una taza de café?

— por... por supuesto... ¡por supuesto que no! — gritó, apartándose solo porque el leñador lo dejó escapar. — demando saber tu nombre.

— soy... Lee WonHo. — se presentó, tomando la mano del príncipe para besarla.

— bien, Lee WonHo, si no cortas a tiempo la leña y la llevas hasta el salón de los donceles, te mandaré a decapitar.

— bueno, pero si logro cortar la leña a tiempo y llevarla al salón ese, usted me invita un café. — le propuso. — quién sabe y demos unos cuantos pasitos de baile, otro cafecito... — Lim suspiró enojado. — lo espero con mi cafecito y unas zapatillas de baile.

— luego de la cita lo mandaré a decapitar, ¿de acuerdo?

— oh, literalmente, perdería la cabeza por una cita con el príncipe. Un honor, pues, hacerla realidad. — contestó. — de acuerdo, pero no se olvide de eso. — añadió, causando bochorno en YoungJae, quien lo miraba indignado, ¿desde cuándo los plebeyos son así de insolentes en su presencia?, ¿acaso sus padres y hermanos no le estaban dando su lugar como príncipe como para recibir este tipo de piropos?