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Tenía tanto miedo de volver allí, pero por su mal servicio, había perdido a los niños y los había traído a esta situación. JinYoung corrió al bosque nuevamente, encontrándolos a ambos pelear tan salvajemente. No había forma de lograr que ellos se separaran y no sabría darle la ventaja a uno por sobre el otro. ¿O sí?

— ellos siguen después de ti. — habló el samurai una vez que derribó al rey y lo tenía debajo de sus pies. Alzó su katana para enterrarla en el pecho de su contrincante.

— ¡por sobre mi cadáver! — exclamó JinYoungv, golpeándolo con una rama. No tenía la intención de herirlo o aturdirlo, solo quería que volteara a verlo. Al lograrlo, lanzó arena por la rendija de su máscara para cegarlo.

El hombre se desesperó y se quitó el casco para limpiar sus ojos y, aún sin tener su campo de visión claro, golpeó fuertemente la cabeza del chico, haciéndolo caer inconsciente por el enorme dolor. Sin embargo, el tiempo que perdió con esa distracción, JaeBeom la utilizó para ponerse de pie y decapitarlo con su espada, ganando la batalla.

Su sirviente estaba allí, tirado en el suelo por haberse enfrentado a ese monstruo para darle tiempo. No entendía nada, y posiblemente obtendría todas las respuestas para más tarde. En su mente veía rojo, pero su corazón le gritaba que hiciera caso a JiSung y al pintor.

Confiaría en... en JinYoung.

Se puso se rodillas a su lado, quitando los mechones de cabello de su rostro. Estaba semi-inconsciente, aguantando el dolor y, seguramente, se hubiera puesto de pie para defenderlos. A sus hijos y a él.

— mis hijos... — murmuró cansado.

— JiSung... — fue lo único que pudo contestar, pues estaba ahogado en su dolor. Su rostro se veía intacto, aunque ya estaba tomando un color rojizo, pero el golpe debió en su cuerpo debió provocar muchos daños.

Abrió su camisa y vio con claridad todas las marcas de los golpes, incluso cardenales, y por lo que había visto en sus hijos, no había daños físicos en ellos.

— los mantuviste a salvo...

— hice lo que pude. — contestó, empezando a llorar. — les fallé... — sollozó destrozado. — ¿por qué tardó tanto...?

JaeBeom sintió culpa al ver a su sirviente en este estado. Solo pudo tomarlo en brazos y cargarlo fuera de ese lugar. Lo peor había pasado. Sus hijos volverían a casa con JiSung, sanos y a salvo, pero no sabía si JinYoung lograría aguantar el viaje.

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Sus hijos esperaban impacientes sobre noticias de JinYoung, al igual que su padre, sin embargo, ellos también necesitaban ser revisados por un médico.

No había ningún rasguño ni herida en los niños, salvo la rodilla de Soyeon por haber tropezado, tal vez algo deshidratados y hambrientos, pero estaba dentro de lo aceptable. Todos los daños y golpes se los llevó el mayor.

— Jinnie nos dijo que debíamos hacerle caso o sino el hombre malo nos haría cosas malas. — explicó ChangMin no tan bien. — ese hombre malo decía que nos quería hacer cosas malas, pero Jinnie nos protegía y nos abrazaba para que no tuveramos miedo.

— JinYoung salvó a ese samurai de que yo lo matara, papá. — le explicó ahora Beom.

— ¡no es cierto! — le interrumpió su hermana enojada. — Jinnie evitó que ese samurai nos asesinara apenas nos encontró. Jinnie evitó que te mataran. Ese samurai iba a matar a Jinnie por defendernos. Papá llegó tarde para salvar a Jinnie. — alegó ella furiosa, haciendo sentir mal a su padre. — ese samurai nos iba a matar de hambre y si Jinnie no te decía que te callaras, hubieras hecho que nos maten a todos. Yo vi cómo golpeaba a Jinnie por intentar defendernos de la maldad de ese hombre. ¡Hombres, todos son unos cerdos! — gritó enojada, poniéndose de pie para irse llorando a su cuarto.

Slave (JJP)Where stories live. Discover now