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JaeBeom miró hacia la puerta, sintiéndose afligido por las palabras de su hijo. Sabía que los niños podían ser crueles, pero jamás pensó que su primogénito diría algo tan hiriente como eso. No tan solo había hablado de él, sino que también de su otro padre y el odio hacia la idea de verlo con otra persona que no fuera JinYoung.

Desde que los niños conocieron a ese criado, pensó que solamente lo querían porque él lo dejaba hacer y deshacer a diestra y siniestra de las suyas, sin darles una reprimenda u ocultando sus travesuras, pero se equivocó. Ellos vieron en Park una figura de autoridad y de confianza, una figura que primero debieron ver en su propio progenitor.

Ellos, sus hijos, solo lo veían como un rey al que respetar y temer. Era algo que ese criado le había advertido con anterioridad en muchas ocasiones, aunque solo lo había considerado una jugarreta de su parte para interrumpirlo en sus actividades y molestarlo.

— Ese criado está tomando atribuciones que no son suyas. — comentó Cha, tomándolo de los hombros. — tú eres el padre y yo seré tu esposo pronto. Él les está metiendo ideas equívocas a sus hijos.

— príncipe Cha, por favor, ahórrese el comentario. — fue grosero, pero era lo que necesitaba. Asomó su cabeza por la puerta y le habló a un guardia. — busca el expediente de Park JinYoung. Quiero saber todo de ese criado.

Una vez que volvió a la privacidad junto al príncipe, se sentó en un pequeño sofá, pensando fuertemente en todo esto. Si quitaba a JinYoung de la vida de sus hijos, ellos jamás lo perdonarían, tampoco aceptarían fácilmente a su futuro esposo sin ayuda de Park.

Es que esa cabellera castaña desaliñada que apenas era arreglada con unos pasadores, esa mirada salvaje con su iris verde y sus largas pestañas, mientras que su cuerpo delgado se movía delicadamente como si cada movimiento fuera un paso sofisticado de Ballet, después se hacía el desentendido con esa hermosa sonrisa tan característica que siempre le daba a los niños cuando tenían un mal día.

— su alteza, yo jamás podría imaginar el luto que usted pasó hace ya un dos y medio. — habló EunWoo, sentándose en su regazo y acariciando su rostro. — la soledad que debió sentir y cómo debió reprimir toda su energía, y criar a 3 niños revoltosos... ¿sabe? Nuestra boda será pronto, pero ya es de noche y podemos hacerla nuestra.

El príncipe bajó sus labios hacia su cuello, rozando la piel con su ternura, dejando suaves besos.

— ¿eres virgen? — preguntó el rey desinteresadamente. No estaba interesado en la castidad antes del matrimonio, ni la suya ni la de su pareja. Era algo que jamás le importó con el padre de sus hijos y uno que otro amante antes que él.

— yo... Soy algo más liberal en cuanto a esos temas. — le respondió coqueto. — solo un par de veces.

JaeBeom sonrió de lado, con su mirada desbordando de lujuria. EunWoo le sonrió de la misma forma y se bajó de su regazo, poniéndose frente a él para empezar a mover sus caderas y bailarle para llamar su atención. Esto iba en una dirección.

Poco a poco, fue quitando su ropa. La cinta que ajustaba su chaqueta y se la ató al cuello, pasándole el lazo al rey, arrodillándose entre sus piernas.

Lim se quitó la gabardina y abrió su pantalón, liberando su erección y jaló el lazo, haciendo que su polla entrara en la boca del príncipe. Echó su cabeza hacia atrás, tomando el cabello del menor para guiarlo a su ritmo.

Hacía tanto tiempo que no recibía este tipo de placer. Desde que su esposo enfermó, no tocó a nadie más, hasta ahora.

Observó la cabellera lacia negra del príncipe, muy distinta de la cabellera desaliñada, rizada y rubia de ese criado insolente. Enredó sus dedos en el pelo del menor y fue embistiendo su boca con sus caderas, complaciendo su lado más salvaje, hasta que por fin llegó al orgasmo, llenando su boca de su semilla. Cubrió sus labios y fosas nasales y apretó su mandíbula, haciéndolo tragar todo.

Slave (JJP)Where stories live. Discover now