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Durante la fiesta, sus hijos estaban bastante distantes de él, mientras que JinYoung no sabía cómo acercarse a ellos luego de ese conflicto. Al menos, él asistió a la fiesta acompañando a JiSung, ambos estando pendiente de los niños.

Se veía tan hermoso, tan divino. El rojo era un color que lo favorecía bastante, haciéndole justicia a su antiguo nombre. Era una bella rosa entre todos los invitados, sin embargo, su ropa era igualmente humilde. La gente sabía que era un criado del palacio sin mucho valor.

Una camisa roja, con una gabardina blanca que le llegaba hasta los tobillos (seguramente, JiSung le había obsequiado) y había decorado con tiernas margaritas y dientes de león. En su cabello también habían, que iban a juego con sus ojos.

— nunca había visto una belleza como esa. — comentó un hombre, sacándolo de sus pensamientos. — ¿Es un criado?

— un esclavo, cuida de mis hijos. — intentó responder con indiferencia, pero sus hijos atrás resoplaron enojados.

— ¿Está a la venta?

— no. — respondió el príncipe Beom. — Es nuestro.

— he ahí su respuesta. — afirmó el rey. — JinYoung no se irá de aquí aún.

— Un esclavo tan hermoso como él es un desperdicio cuidando... príncipes. — comentó ese mismo invitado.

— JinYoung es hermoso porque pronto será un príncipe. — lo defendió BeomGyu bastante enojado.

— pues, yo estaría dispuesto a convertirlo en uno. — dijo con un tono oculto. Lujuria. JaeBeom la reconoció al instante. Ese hombre vestía alta costura, una peluca enorme, blanca; maquillaje extravagante; joyas, como anillos, colgantes, una corona; un rey. — usted solo debe darme un precio y se lo pagaré ahora mismo.

— Niños, vayan a buscar a JinYoung para que les sirva algo de comida. — los mandó su padre.

— Si vendes a JinYoung, cortaremos tu cabeza. — le dijo ChangMin enojado, luego se retiró con sus hermanos riendo.

Una vez los menores lejos, retomó ese hombre la palabra.

— ofrezco seda china y estatuas de oro a cambio de ese criado.

— Mis hijos confían en él, así que no está a la venta. — repitió. — ningún precio del mundo hará que lo cambie.

— son niños, lo olvidarán dentro de muy poco. — dijo ese hombre, mirando a JinYoung sirviéndole dulces a los niños. — ¿sabe? Tengo cierto conflicto con Constantinopla, un regalo como JinYoung al sultán arreglaría bastante mi situación.

— ¿se lo voy a tener que repetir en mil idiomas? Porque lo haré, JinYoung no está en venta. — repitió, con su paciencia llegando al colmo.

— oh, pero, su alteza. — habló EunWoo, abrazando su brazo. — recuerda que él ha sido insolente muchas veces. Tal vez deberías hacerlo. Acepta su oferta o pon un precio. Por ahí leí un informe que decía que JinYoung fue adquirido por 3 monedas de oro.

JaeBeom perdió los estribos.

— JinYoung es mío y de mis hijos, no tuyo, EunWoo, no de ese hombre, ni de este palacio. Es mío, yo le di el nombre, yo le di la posición que tiene ahora. — dijo, apartando su brazo de su pareja. — si se atreven a hacer otra oferta, no dudaré en sacar mi Gum para cercenar su cabeza.

— ¿Su majestad? — el mencionado volteó al escuchar la dulce voz de Park. Él estaba cargando a su hijo más pequeño, quien tenía la cara manchada de chocolate y su traje estaba lleno de migajas. — ¿sucede algo?

Slave (JJP)Where stories live. Discover now