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Días después de la fiesta, JaeBeom no tuvo el valor de deshacerse de ese criado. Por el momento, se engañó a sí mismo, enviándole una carta a su hermano para preguntarle si en caso hipotético de tener un empleado problemático podría enviárselo para que se corrigiera.

Los niños adoraban mucho a JinYoung y entendió que no podía quitárselos así como si nada. Ser padre era difícil, es una constante prueba de autosuperación.

Además, si lograba convencer a Park para que lo ayudara a que los niños se encariñasen con el príncipe Cha, sería un gran avance en su relación. Eso es. Conservaría a Park un tiempo más.

EunWoo se había ausentado del palacio unos días para ir a dejar a sus padres a su hogar, por lo que JaeBeom ahora tenía tiempo para sí mismo, mientras que su empleado cuidaba a sus hijos, se pondría al corriente.

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Cuidar de los niños no era algo sencillo, pero si algo le resultaba divertido de hacerlo dentro de todo, era esos momentos de calma que le permitía sentarse un tiempo y tomar un té mientras ellos disfrutaban de un teatro de títeres.

— provecho. — le dijo una sirvienta, dejándole una bandeja con tazas de té en la pequeña mesita a un lado del sofá, luego, se retiró para dejar que los niños disfrutaran la función.

No prestó mucha atención al espectáculo, solo quería apreciar la pasividad que tenían los niños ahora, lo que le estaba dando un momento para tomar una taza de té caliente y descansar luego de un largo día cuidando a esas bellezas.

Quizás sea por el sueño, el cansancio o el estrés que empezó a ver borroso, sin poder enfocar la vista en lo que pasaba adelante. También, sentía la boca seca y sus ojos bastante irritados.

— Ro, ¿por qué aún no vuelves a casa? — por un momento, juró haber escuchado la voz de su madre y haberla visto junto a él, sin embargo, la aparición duró bastante poco, esfumándose al escuchar los gritos de los niños.

Por un momento de lucidez, vio fuego en toda la habitación. Se puso de pie tambaleante, dirigiéndose a abrir la puerta, pero estaba cerrada por fuera, dejándolos atrapados allí dentro.

— ¡Jinnie, es un hombre malo! — escuchó al menor de los príncipes gritar. Al voltear, encontró al titiritero empuñando un cuchillo en contra de los niños.

Ni tonto ni perezoso, le lanzó la tetera con agua caliente, quemando su rostro hasta que cayó en el fuego. Rápidamente, Park corrió hacia los niños y los llevó a un rincón.

— manténganse acostados en el piso y cubran sus cabezas. — les indicó a los niños, a lo que ellos obedecieron temerosos.

Con sus últimas fuerzas, tomó una silla y la lanzó contra la ventana, rompiendo el cristal, lo que permitió que el humo escapase y no los asfixiara antes de tiempo, y de seguro, haciendo notar que había problemas, que necesitaban ayuda.

Ya no podía hacer más, ya no tenía más fuerzas. Cayó de rodillas y se arrastró hasta los niños, abrazándolos para consolarlos hasta que llegase la ayuda.

— Jinnie, no mueras. — escuchó hablar al más pequeño, junto al sollozo de la princesa.

Los guardias por fin lograron entrar al cuarto, trayendo consigo cubetas de agua para apagar todo, también apareció el rey a buscar a sus hijos. Ellos ya estaban en manos seguras.

— ¡papá, no dejes que Jinnie muera! — gritó la princesa desesperada. BeomGyu abrazó a sus dos hermanos mientras su padre tomaba al sirviente entre sus brazos.

Slave (JJP)Where stories live. Discover now