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Inmortalizar a las figuras políticas de la realeza era algo que solo podía quedar en manos de expertos, por lo que le habían dicho a JinYoung. Habían mandado a llamar a un pintor extranjero para retratar al rey Lim JaeBeom, un hombre que sacaba la belleza de la persona y lo plasmaba en la pintura, pero lo que Park nunca se imaginó, era la persona contratada para esta tarea.

Había arreglado a los niños de la mejor forma. La ropa más elegante y bien planchada, su cabello bien peinado, con sus respectivas coronas que demostraban que eran los príncipes y, no menos importante, comida calentita para alegrar el día. Ya listos, los llevó al cuarto donde estaba el pintor con su padre esperándolo.

Al cruzar la puerta, el sirviente quedó petrificado al ver al pintor. Su ex-amante, Son HyunWoo, también lo había reconocido.

— ¿sucede algo, pintor? — le llamó la atención el rey, sacándolos a ambos de sus pensamientos.

— nada, su alteza. — contestó el hombre, apartando la mirada del sirviente. — ¿Están listos para empezar?

JaeBeom observó las miradas que ambos se dieron cuando llegó Park. ¿Acaso hubo algo entre ellos? No le importaba el pasado entre ellos, pero no quería que el pintor se comiese a su sirviente con la mirada.

— JinYoung, puedes desligarte de tus labores por hoy. — indicó el rey. — puedes retirarte.

— ¿qué?, eso no es necesario. — contestó con tristeza en su voz.

— he dicho que puedes retirarte. — repitió, haciendo énfasis en la última palabra. No lo quería allí.

JinYoung sonrió con tristeza y salió del cuarto. Al dejar la puerta cerrada, empezó a correr.

HyunWoo fue su primer amor en su tierra natal. Tenía tantos recuerdos románticos con él, tardes enteras pintando y jugando con los pigmentos. Con aquel hombre, había planeado perder su virginidad, casarse, tener una familia, pero todos sus sueños se habían esfumado cuando fue apartado de su hogar.

Y ahora, casi dos años después, volvieron a encontrarse.

Lim JaeBeom averiguaría lo que había entre ellos, pues no estaba dispuesto a dejar que el pintor se llevara a su sirviente. Sea lo que sea que haya entre ellos, no le permitiría continuar.

Pasadas ya varias horas, con la pintura bastante avanzada, se reunieron a comer, y sin perder la cordialidad, invitó al artista a sentarse con ellos a la mesa, donde claro, estaría JinYoung presente, ayudando a ChangMin a cortar la carne.

— entonces, HyunWoo, ¿cómo empezaste en el mundo del arte? — tanto como el mencionado como el sirviente de sus hijos quedaron helados con la pregunta del rey. JinYoung tenía un nudo en el estómago.

— tuve una musa. — contestó, mirando discretamente al sirviente. — alguien que me inspiraba cada día desde que tengo memoria.

— ¿ah, sí?, ¿tienes algún retrato de esa inspiración?

— Hubo un asalto en mi pueblo, donde robaron a mi primer amor y destruyeron mis obras. — contestó con voz dura, poniendo tenso al rey. — intenté recrear su rostro, pero el miedo de pensar que estaba en garras de monstruos, lejos de su familia, no me permitió hacerlo. Él era mi arte. — JinYoung se estremeció.

— Eso es tan romántico. — comentó SoYeon encantada.

— ¿Lo has buscado?

— he visitado muchos lugares en su búsqueda con tal de llevarlo a casa, al lugar donde pertenece. Algo me dice que estoy cerca. — respondió con seguridad. — con cada paso que doy, estoy seguro que mis esperanzas crecen al igual que mi amor por él.

Slave (JJP)Where stories live. Discover now