Cállate, me hartas.

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Diablos, pensó mientras Brie limpiaba la sangre de su labio inferior, dolía como el infierno. Un quejido involuntario escapó de él, avergonzándolo y haciendo que sus mejillas se cubrieran de rojo por algo más que la adrenalina pasada.

-No seas bebé, esto te lo buscaste tú solito -La pelinegra vació su soda en el pavimento del estacionamiento, salvando solo los hielos- No puedo creer que sigan portándose como unos imbéciles, va siendo hora de que maduren.

-Díselo a Potter -Murmuró lo más fuerte que pudo, esforzándose por no estirar su labio roto- Él empezó.

-Claro, siempre es su culpa ¿Verdad?.

  Usó su pañuelo de bolsillo bordado para envolver los trozos de hielo, creando una improvisada compresa fría para su inflamada boca.

-No me gusta lo que insinúas, Parkinson -La retó con la barbilla alzada prepotentemente.

  Ella le devolvió el gesto, para nada impresionada. Casi dieciséis años de amistad vuelven a la gente invulnerable a tus malos intentos de intimidación.

-Me importa un bledo si te gusta o no. Solo digo la cruda verdad.

  Con un poco más de fuerza de la requerida, empujó el pañuelo a la zona hinchada de su rostro, que iba desde la mitad de su mejilla (En donde el pequeño bribón asestó su primer puñetazo)  hasta la barbilla, cruzando por su boca.

-No me interesa si él comienza o no, el punto es que tú te dejas arrastrar. Y me estoy cansando del jueguito de hacer de enfermera -Cruzó los brazos y le lanzó esa mirada de superioridad tan característica de su tía Pansy.

-Pero Brie...

-No. Nada de peros. Un cosa es golpearse en la escuela en donde lo peor que ocurrirá es que los lleven con el director, que ciertamente tampoco es un escenario que me guste. Pero... ¡¿En la calle, Scorp?! ¿De verdad? ¡El dueño de la heladería pudo haber llamado a la policía!.

  Scorpius bajó la cabeza un más apenado por el regaño (Muy acertado y razonable) de su mejor amiga, bueno, al menos eso lo prepararía mentalmente para las lindas palabritas que su padre le dirigiría una vez en casa.

-Y me pregunto yo... ¿Qué hubiera hecho el gran Scorpius Malfoy en ese caso? -Preguntó sarcásticamente- ¿Cómo escaparías de eso? Porque el papá de Potter es policía, a ese no le iban a hacer nada ¡¿Pero a ti?! Hijo de un empresario importante, niño rico y mimado al que si seguro le levantarían cargos por desorden público o Dios sabe qué cosa.

-Cálmate Brie -Arrebató los hielos de su mano con gesto desinteresado- A quien le importa si el papá de Potter es policía, mi padre está saliendo con el teniente de un escuadrón.

  Brie giró los ojos antes eso, previendo por donde iban los tiros.

-Harry quiere ganarme porque soy el hijo de su novio, si algo llegase a pasar, lo llamaré a él.

   La pelinegra lo miró con desaprobación, meneando la cabeza de un lado a otro mientras chasqueaba la lengua.

-Mira, si te deja tranquila, prometo hacer lo posible para llevar la fiesta en paz a partir de ahora, pero no sé si servirá de mucho si él no quiere colaborar.

-No sé ni porqué me preocupo por ti, Scorp -Recogió su cartera de diseñador y la bolsa de bizcochos que compró antes de su encuentro amistoso con Albus y su grupito de tarados- Me voy a mi casa.

  No dijo nada más antes de alejarse de camino a su auto.

-Espera ¡Brie! ¡Hey! -Le gritó al recordar un detalle importante de ese día- ¡No puedes dejarme aquí! ¡Tú me trajiste!.

-¡LLAMA A HARRY PARA QUE TE LLEVE!.

  Bien, pensó mientras veía el coche alejarse por el estacionamiento. Revisó su teléfono, diez por ciento de batería.

  Estupendo, era un día estupendo.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon