Fin

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   Albus estacionó el auto en el primer hueco que localizó en el atiborrado estacionamiento. ¿Por qué tuvieron que esperar a la peor temporada del año para hacer esto? Nunca lo entendería.

Limpió sus manos sudadas en sus jeans, joder, esto del nerviosismo no le gustaba nada.

-Debes tranquilizarte.

-No lo he visto en dos meses.

Su padre suspiró y soltó una risita que, a oídos de Albus, fue de lo más irritante y molesta.

-¿Y de quien es la culpa, eh?.

Albus lo fulminó con la mirada. Vale, él fue el que insistió en que Scorpius debía irse a esas vacaciones en Francia, pero no contaba con que, para cuando volviera, estaría hecho un manejo de nervios y ansiedad.

-Oye, hijo -Harry tocó su hombro en un gesto fraternal que puso el estómago de Albus en conflicto- No tienes que hacer esto si no te sientes preparado.

Albus respiró profundo. Obligando al nudo en su garganta a relajarse.

-Puedo hacerlo -Aseguró, ignorando el temblor en su voz.

-Bien, estamos en esto entonces.

Harry abrió la puerta de su lado, y Albus corrió a hacer lo mismo. Rodeando la camioneta y sacando de la parte trasera las muletas de su padre.

Harry le sonrió y agradeció con un asentimiento de cabeza.

-¿Listo? -Albus se apartó del camino, dejando que Harry marcara el ritmo. Quedándose un paso atrás por si el mayor necesitaba descansar.

Sus entrañas produjeron ese desazón de nuevo. El retorcijón doloroso al ver el estado de su padre. Era algo que llevaba cerca de cinco días desarrollándose. Neville lo había llamado "Culpa".

Sostuvo la puerta para Harry, adelantándose a marcar el botón del ascensor.

-¿Estás cansado?.

-Estoy bien -Respondió, aunque el rictus de incomodidad en su mandíbula le hizo saber lo contrario.

Albus mordió el interior de su mejilla. No muy seguro de que hacer. Maldita sea, como odiaba toda esa bola de emociones que no podía frenar.

-¿Crees que Scorpius haya cambiado durante sus vacaciones?.

Harry marcó uno de los botones y el ascensor frenó su ascenso abruptamente. Con todo y la dificultad que las muletas le proporcionaban, su padre giró hacia él.

-¿De que se trata en realidad todo esto?.

-De nada -Intentó alcazar nuevamente el botón, pero su padre interpuso su mano. Él suspiró- No me siento como yo mismo últimamente.

La mirada de su padre inmediatamente se suavizó. Albus quizo llorar. Estaba seguro de que lloraría en cualquier momento.

-¿Qué te dijo Neville con respecto a eso?.

-Que estaría fuera de control por un tiempo. Mientras reaprendo a manejar mis emociones. Dijo que lo importante ahora era que lo dejara fluir y no me cerrara.

-¿Y no crees poder superarlo?.

En situaciones normales, Albus se habría callado, evitado a toda costa el tema y dado por terminada la conversación. Pero ya no podía hacerlo, no con su nuevo proyecto terapéutico que consistía en hablar de sus sentimientos con sinceridad. Vaya mierda.

-No se trata de eso.

-¿Entonces...?.

-Scorpius... Él nunca me ha visto así. Él no está acostumbrado a... Que yo sea de esta manera. ¿Qué pasa si no le gusta el cambio? -Bajó la vista a sus manos. Hace dos semanas le habían quitado el yeso, pero aún podía sentir la presión fantasma a su alrededor.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Where stories live. Discover now