Rayo de sol

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Scorpius despertó sobresaltado por el ruido de algo pesado cayendo al suelo. Parpadeó un par de veces, hasta acostumbrarse a la cegadora luz de la habitación de hospital.

   Hizo una mueca por el crujido de su cuello y espalda al inclinarse para recoger el libro.

  Aparentemente se había dormido mientras leía para Albus. Era la tarde de su segundo día en el hospital, el ambiente era tenso y pesimista, por lo que Scorpius decidió refugiarse en donde no pudiera ver las miradas desesperanzadas de los demás.

  No se permitió a si mismo, siquiera pensar, en otro escenario que no fuera ellos recuperándose y siguiendo con sus vidas como hasta ese momento.

  Salió a tomar un poco de aire. A unos metro de distancia vio a Ginny Weasley teniendo una charla acalorada con uno de sus hermanos (Scorpius no estaba seguro de cual).

No ubicó a su padre por ningún lado, por lo que supuso estaría con Harry.

  Dicho y hecho, lo encontró sentado en una silla similar a la que él usaba en la habitación de Albus. Revisando algunos papeles de su trabajo. Iba de traje, aunque sin el saco y con el chaleco desabrochado. El cabello le caía por los ojos mientras murmuraba en voz baja y pasaba hoja tras hoja.

  Scorpius se acercó a la cama, su padre lo notó, pero hizo como si no, dándole juego libre.

  Era la segunda vez que veía a Harry desde el accidente. No fue menos impactante que la última vez.

  A diferencia de su hijo, Harry no tenía casi heridas aparentes, aparte de un par de rasguños y un corte superficial en su frente. Las vendas que presionaban su cadera rota, ocultas bajo la sabana.

  Perfectamente podría pasar por solo estar tomando una siesta. Un sueño de media tarde del que despertaría en cualquier momento, para sonreír tan gallardamente como siempre y contar sus chistes tan malos que daban risa.

  O para hacerles la cena a su padre y a él, fingiendo que la cebolla no le afectaba mientras limpiaba distraídamente las lágrimas por debajo de sus gafas (Esas mismas que su padre llamaba "Ridículas" y "Anticuadas", pero de las que compró un par idéntico porque las otras se habían quebrado en el choque).

  No fue consiente de que lloraba hasta que la dos lagrimas silenciosas salpicaron su clavícula.

  Draco se levantó de inmediato, jalándolo a su cuerpo con una brusquedad impropia de él. Permitiéndole ahogar sus sollozos en su cotosa camisa.

-Perdón -Murmuró, amortiguado casi por completo. Su papá soltó un ruido de confusión- Llené de mocos tu chaleco.

-Nah, hiciste cosas peores cuando eras un bebé baboso e inconsciente -Le sonrió suavemente mientras le limpiaba la humedad de la cara con sus pulgares- Cientos de libras gastadas en camisas vomitadas. No fuiste para nada considerado con tu pobre padre.

  Scorpius se obligó a parar de llorar. Odiando la expresión dolorosamente preocupada de Draco.

-Que doloroso debe haber sido para ti.

-El peor momento de mi vida. No conoces de desdicha hasta que una bestia diminuta te llena de vomito.

-Gracias por matar las pocas ganas que tenía de ser papá.

-De nada, para eso estamos.

  Se abrazó al costado de su padre, negándose a seguir observando a Harry. Fingió no darse cuenta del momento en que Draco se limpió su propio ojo, o cuando conscientemente  desvió la mirada.

  Harry estaría bien. Tenía que estarlo. No podían perder a otra persona. No era justo que su padre perdiera a su nuevo amor. Se negaba a esparcir las cenizas de Harry desde el Big Ben. No.

Se sentaron en silencio. Scorpius se distrajo con su móvil mientras él trabajaba. Le escribió a James, queriendo saber como estaba, se tranquilizó cuando el chico no tardó más de cinco minutos en responder. Informándole que al menos no tuvo otro colapso nerviosos desde la noche anterior.

   A eso de las seis volvió al cuarto de Albus, chocando con su madre en la puerta. Solo le sonrió y lo dejó pasar.

  Tomó el libro de donde lo había dejado. Retomando su lectura apenas encontró el marcapágina. En un impulso de atrevimiento, acercó más la silla a la cama, deslizando su mano entre los dedos inertes de Albus. Estaban fríos al contacto. Scorpius se alegró de poder darle un poco de calor.

Cómodo con la nueva postura, se entregó totalmente a su lectura. Sin darse cuenta cuando comenzó a relatar en francés.

  En una de las partes más emocionantes, no pudo evitar darle un apretón realmente fuerte a la mano de Albus.

Casi le da un infarto cuando se le fue devuelto con debilidad.

-Si estás aquí, debo estar en el infierno -Dijo con voz ronca por el desuso. Scorpius perdió la movilidad absoluta de su cuerpo- Pero hay George Sand, por lo que podría también ser el paraíso. Aún no lo decido.

  Scorpius casi le brinca encima una vez su cerebro retomó el control de sus acciones. Deteniéndose solo por el montón de heridas en su cuerpo.

  Lo realmente inevitable fue el incontrolable llanto y temblor. Su cuerpo se sacudía sin parar. Mientras acercaba su cara a la de Albus. Ignorando el leve quejido que este emitió al su boca ser asaltada con tanta violencia.

-Sí, definitivamente el cielo.

  El rubio esparció besos por sus mejillas, la parte libre de su frente, su mandíbula y mentón. Volviendo rápidamente a sus labios, como si de un iman se tratara.

No quizo detenerse a pensar en todas las libertades que se estaba tomando al hacerlo. Podría culpar a la emoción más tarde.

-Ew, te apesta la boca -Susurró sobre los labios ajenos. Sin abrir más de un centímetro de distancia.

-No te pedí que me besaras ¿O si?.

Y Scorpius lo asaltó de nuevo. Porque ya quería que se callara. No llevaba ni diez minutos consciente y ya quería que guardara silencio para siempre.

  Bueno ¿A quien engañaba?, podría escucharlo eternamente sin cansarse. Aunque solo dijera sandeces.

-Ten cuidado... Me estás presionando una costilla.

-Otra rota para la colección, no creo que haga la diferencia.

  Albus entrecerró los ojos en su dirección. Scopius besó su nariz herida, él se quejó, más no hizo afán de apartarlo.

-Iré por tu madre -No dió ni dos pasos lejos antes de que lo sujetaran por la muñeca.

-Espera, imbecil. Dame un tiempo contigo primero.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Where stories live. Discover now