Trampolín y colores

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  Scorpius se paralizó en su lugar, con un refresco en cada mano y la mandíbula desencajada. Se le hacía difícil procesar lo que sus ojos estaban viendo.

Juraba que jamás la había visto en su vida, debía ser de la gente de otro colegios que Brie invitó esa noche. ¿Qué clase de persona besa a alguien que acaba de conocer?.

  Un beso, solo eso, no tenía que significar nada, se repitió. Se besaron un poco... Solo que no era así. James tenía esa mueca pícara en su rostro, le susurraba al oído y se mantenía cerca.

  Y entonces sus ojos marrones lo encontraron a él, tuvo el descaro de sonreírle y hacerle un gesto con la mano para que se acercara. Lo hizo, no podía asegurar si era porque su cuerpo operaba en modo automático o porque quería una explicación de lo que acaba de ver.

-Scorp, ella es Laila, Laila, mi amigo Scorpius -Ella se acercó para dejarle un beso entusiasta en la mejilla. ¿Quién demonios saludaba con un beso en la mejilla a alguien que acaba de conocer?.

-¡Oh! ¡Yo te conozco! Eres amigo de Brie ¿Cierto?.

  Quizo contestar algo sarcástico. Ridiculizarla de alguna manera. No sabía de donde venía toda esa rabia. Sí, había estado besándose con James, pero él y James no eran nada.

  Nada.

  Nada.

  Resonó en su cabeza, como si estuviera dentro de un campanario.

-Sí, somos amigos -Con una sonrisa tambaleante volteó a los lados, desesperado por encontrar una razón de alejarse- Y la estoy buscando.

-Creo que la vi subir al segundo piso, esta casa está de locos ¿Cierto?.

  Sí, cierto. No lo respondió en voz alta, pero fue suficiente con el gesto. Ella se vió satisfecha, James igual, Scorpius ya no pintaba nada allí. Le entregó las bebidas a James para que las compartiera con su nueva "Amiga" y se dispuso a buscar a Brie.

Se empinó un vaso de algo que robó en el camino a las escaleras, su garganta ardió, apuró otro trago.

  ¿Por qué le costaba tanto encontrarla? Brie era como una supernova, resaltaba en donde fuera, no debería... ¡Mierda!.

  Cerró la puerta de la habitación de su amiga a toda velocidad. Ok, ya sabía porque no la encontraba.

  Su cerebro alcoholizado captó una cabellera rojo fuego acercarse a él. Que bonita era Lily Potter. Ojos verdes dulces, cara en forma de corazón y muchas, muchas pecas. Ese pensamiento le hizo reír.

-¿Estás bien? -Alzó una ceja en su dirección.

-Estoy excelente -Al menos no estaba balbuceando. Eso era bueno ¿No?, ahora que lo pensaba se sentía más lúcido ahora que cuando estaba hablando con James.

-Genial -Miró a los lados, y si Scorp hubiera estado en sus cinco sentido, habría notado su incomodidad- ¿Has visto a mis hermanos? Creo que es hora de irnos.

-¿Irse? -Chequeó el reloj carísimo que tomó prestado sin preguntar de la colección de su padre antes de salir- Pero aún es temprano.

-Sí, pero... Amm, no sé, no me siento bien. No conozco a nadie y Brie no está por ningún lado.

Vale, eso también lo hizo reír, y mucho más que lo de las pecas. Lily tenía esa expresión que decía "Vale, estás actuando como un loco, pero lo adjuntaré a que estás borracho".

  Pensó en mandarla con James, arruinaría su pequeña fiesta con la chica rubia y se irían. Sonaba perfecto.

  Pero... Pero era la primera fiesta de Lily. Recordó lo emocionada que estaba antes de salir del auto y como Harry, en la última cena en su casa, le había hecho prometer que la cuidaría.

  Se lo pidió a él. Tenía dos hijos y sin embargo, se lo había pedido a él. Como si le diera más seguridad saber que Scorpius le echaría un ojo de vez en cuando.

  No podía permitir que se fuera esa noche sin divertirse como era debido.

-No.

-¿No?.

-No vas a ir a ningún lado -La tomó de la muñeca y enredó sus brazos juntos- Tú y yo nos vamos a divertir.

-¿Conoces a estas personas? -Preguntó. Y Scorpius se ofendió profundamente de que dudara de sus habilidades sociales.

-Solo algunas. Pero para tu suerte... -Encaró a la chica y le soltó el lazo que mantenía su cabello atado, permitiendo que se desparramara por toda su espalda- Soy bueno para hacer amigos.

  Les abrió pasó entre los adolescentes ebrios que se apretujaban por los salones y la improvisada pista de baile, pensó en ofrecerle un poco de alcohol, luego recordó que tenía catorce años.

-¿Quieres un poco de ponche?.

-¿Es ponche lo que estás tomando?.

-Nop, es vodka -Se empinó lo que quedaba del vaso y se encogió de hombros- Era vodka.

-¿No puedes conseguir más?.

-No deberías tomar algo tan fuerte...Eres menor.

-Scorp... -Se acercó a él con ojos suplicantes- Dijiste que nos divertiríamos.

  Le recordó a James, por la expresión, no por el color. Su color de ojos era mucho más parecido al de Albus, pero no se imaginaba al pelinegro poniendo ojos de cachorro nunca jamás. Ni porque su vida dependiera de ello.

  Y cayó. Porque Lily lo miraba de esa forma, tenía el cerebro adormecido y porque parecía tan grandiosa la idea de embriagarse hasta perder la conciencia. Sea cual sea la razón, el punto es el mismo. Cayó.

-Bien -Jaló de ella hasta quedar frente a una mesa con todo tipo de bebidas alcohólicas. Bendita sea Brie y su habilidad de duplicar el alcohol como si de Jesús se tratara. Llenó dos vasos- A tu salud.

-A nuestra salud -Y los vaciaron hasta el fondo.

Harry lo mataría.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Where stories live. Discover now