Vejez temprana

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Media hora antes, en algún lugar de Chelsea...


-Basta, no Dragón, no está funcionando.

Un obseno sonido húmedo llenó la silenciosa habitación en lo que Draco se sacaba su miembro de la boca y abandonaba el lugar entre sus piernas.

Harry se guardó el pene de regreso a sus pantalones en lo que el rubio limpiaba las comisura de su boca y se sentaba, suspirando, a su lado.

-Sí, ya noté que no estaba funcionando. Que no te pusieras ni un poco duro fue suficiente pista -Harry se acurrucó en el brazo que descansaba posado sobre sus hombros- Debo admitir que me siento un poco ofendido. Eres el primer hombre que me rechaza una mamada, no sé cómo procesar la humillación, preferiría que me plantaras en el altar antes que esto.

-Perdón -Gimoteó- Solo estoy preocupado...

  Draco gira sus ojos, y Harry no puede evitar pensar en lo lindo que es cuando hace eso. Vaya, sus hijos tenían razón, estaba asquerosamente enamorado.

-No debes preocuparte. Es una fiesta, nada del otro mundo. Son buenos chicos, saben comportarse, debes confiar un poco más en ellos.

-¡Podrían meterse en problemas! Hacer locuras, saltar de un balcón intentando volar, ¿Y si rompen algo? Por cómo se ve por fuera estoy seguro de que tendría que trabajar al menos un año para pagar cualquier objeto de esa casa.

  Oh mierda, eso disparó aún más su ansiedad. ¿Cómo dejó que Ginny y los chicos lo convencieran de algo como  eso? Era obvio que aún eran muy jóvenes para pasar toda la noche en una fiesta sin ningún adulto responsable que los vigilara.

  Se mordió las uñas hasta dejarlas en carne viva. Draco lo notó y apartó cuidadosamente la mano de su boca, aprovechando para besar sus nudillos, la barba incipiente causándole escalofríos.

Ok, eso se sentía bien, tal vez si intentaban de nuevo con una mamada... Su mente fue invadida por la imagen de Albus metiéndose en una pelea con un tipo tres veces más grande que él. No, definitivamente no había forma de que tuviera sexo esa noche.

-Confía en mí con esto, estarán bien.

-¿Y tú que sabes? -Interrogó un poco exasperado. Le era imposible creer que Draco estuviera tan calmado.

-Tengo un hijo, algo he de saber -El rubio le sonrió a pasear de su comportamiento infantil, eso lo llevó a querer pasar lo que le quedaba de vida con él.

Joder, terriblemente cursi sonó eso.

-Yo tengo tres, así que puedo decir que sé más que tú.

-No hagamos de esto una competencia ¿Sí? -Acarició su cabello y besó la cima de esta, murmurando bajito- Aunque sabemos que yo ganaría.

-Quiero ir por ellos... -Miró su reloj. Dos y quince de la madrugada. Aún no llamaban. Su miedo creció. ¿Por qué nadie le advirtió que ser papá significaba vivir en un estado de terror constante?.

-Harry James Potter, compórtate un poco ¿Quieres?. Se pasaron quince minutos, deben haberse olvidado, no significa nada. Si vas allí ahora te odiarán por avergonzarlos frente a sus amigos.

-No menosprecio tus consejos, pero si tengo que elegir entre cuidar de sus vidas y sus reputaciones...

-Piénsalo de esta forma, no deben estar haciendo nada que tú no hayas hecho en tu juventud -Besó su frente en lo que debió pensar era un gesto tranquilizador. No lo fue.

Oh, oh, ahora Harry experimentaba un montón de flashbacks de su adolescencia.

Sí, definitivamente debía ir por sus hijos. Ahora.

-Iré por ellos.

-Harry...

-Iré contigo o sin ti -Se levantó y recogió su chaqueta de donde la había arrogado en el sofá.

Draco lo siguió, suspirando y murmurando sobre padres que avergonzaban a sus hijos y novios que te arrastraban a situaciones incómodas.

-Lo que hago por ti -Exclamó, mientras se subía al otro lado de la camioneta, diez minutos después.

Casi nada de tiempo les tomó estacionarse en frente del hogar Parkinson. Harry tenía las luces policiales encendidas, para mortificación de Draco, quien se deslizó en el asiento disimuladamente para no ver el show que su novio estaba por armar.

  Harry esperaba que el hombre se bajara con él, al no hacerlo, tuvo que adentrarse en aquella endemoniada fiesta solo.

  No fue fácil, el lugar iba hasta el tope de adolescentes y la música no le permitía ni escuchar sus propios pensamientos. Una locura total.

  Cuando al fin logro divisar la cabeza de su hijo mayor entre la multitud, ya le habían ofrecido drogas al menos tres veces y unas chicas bastantes ebrias hicieron lo posible por arrastrarlo en un beso de tres.

  ¿Donde estaban los papás de todos estos chicos? ¿Por qué no enloquecieron y buscaron a sus hijos como lo hacía él?.

  Se acercó a James,  estaba parado junto al de DJ, acompañado por una chica un poco mayor que él, que no tenía preparo en besarlo como si no pudiera hacer otra cosa.

Bendito Cristo, dale paciencia.

-James, James... -Lo sacudió un poco por el hombro, inseguro de que si quiera lo escuchara por la fuerte música- ¡James!

  Su hijo volteó a verlo, debía ir muy borracho porque comenzó a reírse y a tocar su cara como si no creyera del todo que Harry en verdad estuviera allí parado.

-¡Papá! ¡Viniste a la fiesta!.

-¿Qué demonios estás haciendo James? ¿Qué tanto bebiste?

-¡¿Qué dices?! -Le escupió un poco de saliva al hablar.

  Harry se irritó y llamó la atención del tipo de la música.

-¿Podrías bajarle, por favor? ¡Intento tener una conversación aquí!.

-¡No es posible, señor! ¡Mejor váyase a su casa a dormir! ¡¿No es algo viejo para venir a fiestas cómo estás?! -El joven, quien estaba demasiado exaltado y eufórico para no estar drogado, no parecía dispuesto a cooperar.

  Tal vez porque la música la estaba dejando sordo, o porque se sentía realmente ofendido por lo dicho por el niñato. Pero Harry sacó su placa, dejándola a centímetros de su cara.

-Baja la música. No lo repetiré.

  El DJ empalideció y apagó la canción por completo. Bien, esto no iba como Harry esperaba. El solo quería ir por sus hijos y salir de allí ¡Ahora tenía a toda una fiesta mirando en su dirección! Se sentía de diecisiete nuevamente. Jesucristo.

  Luego todo pasó muy rápido. Las luces se encendieron, todos empezaron a quejarse, James lloriqueó a su lado, alguien gritó "Policía" por todo lo alto y de repente todos gritaban e intentaban salir huyendo de la fiesta.

  Estupendo. Draco le diría "Te lo dije" y sus hijos no le hablarían de nuevo en la vida.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Where stories live. Discover now