🍁 𝓔𝓵 𝓣𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮 𝓜𝓲𝓷 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓰𝓲 🍁 [Yoonmin]

† Capitulo XVII †

Hoseok miro a Yoongi, con los ojos bastante abiertos: en el último viaje del mayor, su mejor amigo no lo pudo acompañar, por qué fue cambiado a otro barco.

–uno se va, y se pierde de grandes cosas– dijo Hoseok riendo, mirando a Yoongi. Yoongi se encogió de hombros.

El viaje había sido muy provechoso, y el Señor Park, fue muy bueno al darles a el y a su padre, el doble de su normal paga.

Yoongi le había pedido trabajo al Señor Park en su casa: pues el próximo viaje, tardaría unos meses. Este había accedido, dejándolo a cargo de sus caballos.

Hoseok había regresado un mes después, de que El diamante rojo, tocará el puerto otra ves.

–¿estas consiente del riesgo que estás corriendo?– pregunto Hoseok, Yoongi asintió.

–creeme que quise evitarlo, sabia que seria un problema, pero cada ves que el me mira, hace que sea capaz de todo– Hoseok nego, dandole una palmadas en el hombro del mayor.

–pues ten cuidado, yo me voy, quiero ver a Taehyung...– Yoongi asintió –tráelo un día a la casa– dijo Hoseok, mostrando que apoyaba a su amigo.

–creeme que lo haré...– salieron de la taberna. Yoongi camino a dónde dejo un caballo, que había tomado del corral del señor Park.

–regreso a mi trabajo– dijo mientras se subía en el animal.

–un día tu ambición te costará caro– dijo Hoseok burlón –ese tesoro, no te lo van a dar fácilmente...

–ya veré la forma de conseguirlo– dijo Yoongi, antes de hacer que el caballo avanzará, a todo galope.

Entro con discreción a los terrenos de la mansión Park. Acomodo el caballo blanco en el establo, y fue la cocina.

Allí como siempre estaba la señora Jeon Eun-yeong; la cocinera de la casa de los Park.

–a Joven Min– hablo la mujer, dandole una sonrisa al chico –¿Que necesita?– pregunto, sin dejar de amasar la masa.

–solo un vaso de agua– pidió Yoongi, la mujer asintió.

–¡Jungkook!– llamo la mujer a su hijo.

Yoongi llevaba ya casi un mes, trabajando en la casa Park, por lo que conocía a todas las personas en el. Sobre todo a la Señora Eun-yeong, y su hijo Jungkook, que era un joven de apenas 15 años.

–seguramente anda jugueteando con el joven Jimin por allí en el jardín– refunfuño la mujer.

Yoongi secretamente guardo esa información, luego se acercó a dónde estaba el tarro de agua.

–yo me sirvo– la mujer asintió. Yoongi le dió las gracias, una ves sació su sed, y salió de la cocina.

Sabía que el señor Park no estaría en casa, por lo que podía aprovechar de ver, la única razón por la que estaba allí metido en esa casa, el precioso doncel de mejillas rellenitas.