🍁 𝓔𝓵 𝓣𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮 𝓜𝓲𝓷 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓰𝓲 🍁 [Yoonmin]

† Capitulo XXI †

–Maten los...

Yoongi mira al hombre a su lado, y este conociendo lo desde que era un niño, ve claro sus pensamientos e intenciones.

–no hagas nada por nosotros...– susurra; el que hasta hace poco, era uno de los primeros oficiales de su padre.

Los piratas se ponen a su espalda, para colocar su espadas en su cuello. Yoongi aprieta sus puños, mientras cierra sus ojos.

Pero no: aún tiene dos razones para luchar, una venganza, y...

Las imágenes en su mente, le caen como un balde de agua fría, al darse cuenta de todo lo que implica el futuro que está decidiendo.

–¡Jimin!– grita para sus adentros, justo en el momento en que cae un rayo, y un trueno retumba en el cielo, marcando su decisión y llevando su grito, que es una mezcla de muchas cosas a través de las olas.

En un rápido movimiento, Yoongi golpea al hombre que estaba tras el, le quita la espada y toma una cuerda, para sin pensarlo dos veces, saltar al agua.

Los marinos se preparan para ir por el, pero la vos del capitán los interrumpe.

–déjenlo, el idiota morirá ahogado– dice mirando con despreció al agua, para darla vuelta.

Yoongi saca un poco la cabeza del agua, mirando al barco. Cada uno de los restantes miembro de la tripulación, son asesinado frente a sus ojos. Toda su sangre se mezcla, para caer en tres finas gotas al agua...

Yoongi se sumerge al agua, nadando hacia los restos del diamante rojo, del cual solo quedan unos pedazos de madera flotando, que no tardara en hundirse.

Sube a una tabla, mientras se recuesta hacia arriba, mirando el cielo, dónde las nubes comienzan a tomar una peculiar forma circular, como si fuera un remolino.

Una lágrima cae de uno de sus profundos ojos azules, oscuros, que ahora reflejan una tormenta llena de rencor.

Aprieta con fuerza el medallón en su mano, y suelta un grito desgarrador.

La tormenta lleva dos días, o es lo que Jimin más o menos a contado de tiempo. Todos estos días la preocupación en su pecho no lo ha dejado tranquilo de ninguno modo.

Han sido llevados al refugio del cuartel de la guardia, para resguardar los de una posible inundación.

Pasa el mayor parte de tiempo, en la pequeña habitación que le dieron, dónde apenas hay espacio para dormir los cuatro: la señora Jeon, su hijo, su padre y el.

Mencionando a su padre, Jimin no lo entiende, se nota nervioso, pero cuando se le pregunta por su estado, contesta en un tono más frío y hostil de lo normal.

El hombre vaga por los muelles, a pesar de las constantes advertencias de los oficiales, que se lo prohíben. Incluso Jimin, a sido regañado y humillado por su padre, al intentar detenerle. Pero el señor Park es terco, y no entiende de razones, pues no hace mas, que mirar fijamente al agua, en una rara mezcla de esperanza, preocupación y culpa.