🍁 𝓔𝓵 𝓣𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮 𝓜𝓲𝓷 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓰𝓲 🍁 [Yoonmin]

† Capitulo XLVII †

Se movieron con cautela por las calles, evitando cualquier cosa que causará el mínimo ruido; el vecindario era pequeño y con un sonido, lo bastante fuerte, despertarían a todos.

Faltaban unas pocas calles, para llegar, Yoongi camina con paso sigiloso pero firme, justo en medio de su grupo, al frente.

Llevaba su espada en mano, al igual que su pistola lista: no permitirá que nada, ni nadie se interponga en su camino.

Taehyung y Jungkook caminan a su lado, Hoseok y Namjoon del otro, y Jackson tras el, con el resto de los chicos. Seokjin se había quedado a cargo del barco, al ser el tercer oficial de Min.

–capitan– llamo Jungkook la atención del peli-negro, que lo volteo a ver.

–ve– cedió Yoongi.

Jungkook le hizo una señal a Taehyung, para que le siguiera; se internaron en uno de los callejones, para traer los caballos que usarían para escapar.

–roden el muro– ordenó Hoseok, cuando llegaron frente al cuartel.

Los hombres de Jackson y el propio Jackson, hicieron lo que el Maestre Jung les pidió. Cruzaron el muro sin mucha dificultad.

Jackson chifló, avisando que estaba despejado, para que su capitan, junto con Kim y Jung, cruzarán.

Una ves estubieron de otro lado, analizaron el patio vacío. Se ocultaron tras una de las bodegas, para evitar ser vistos.

–Namjoon te quedas en posición, cualquier cosa, da dos disparos al cielo– ordenó Yoongi.

–si capitán– contesto firme.

–Wang, lleva a tus hombres, ya sabes que hacer– Jackson asintió y se apresuró a llevar a sus hombres, que se movieron en silencio por el patio, hasta las caballerizas.

–¿Dónde está Jimin?– pregunto Yoongi a Hoseok.

–en el cuarto de Taemin, en esa torre– señalo Hoseok. Yoongi frunció el ceño, ¿Que hacía Jimin en el cuarto del teniente?: Nego, desechando sus ideas absurdas y controlando sus celos.

–vamos, no tenemos mucho tiempo– dijo Yoongi y ambos se movieron de lugar.

Se ocultaron entre las sombras, hasta llegar a la entrada del torre, que era vigilada por un guardia.

Hoseok se acercó con cautela y golpeó al hombre en la cabeza, con la empuñadura de su espada, haciendo que callera al suelo inconsciente.

–bien hecho– felicito Yoongi –vamos– tocó el hombro de Hoseok y ambos comenzaron a subir las escaleras de caracol.

Cuando iban a la mitad, se escuchó el sonido de una explosión. Las llamas de la parte de las caballerizas se alzaron hacia arriba.

No tardaron en oírse las campanas de alarma y el escándalo de los hombres, despertando y corriendo de un lado al otro.

Yoongi miro todo con sus ojos fríos: sus rostro, adornado por su cicatriz, se ilumino por las gigantescas llamas y Yoongi solo sonrió.

–vamonos– hablo Yoongi de manera sería –no tenemos mucho tiempo...