🍁 𝓔𝓵 𝓣𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮 𝓜𝓲𝓷 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓰𝓲 🍁 [Yoonmin]

† 𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ XLI †

Cuatro días, después...

Habían llegado a al puerto de la ciudad, los rumores no habían tardado en esparcirse, aunque con una versión muy diferente a lo que realmente había pasado.

El señor Park, había dicho que Jimin había sido secuestrado por un pirata y que iba a ir a buscarlo. Gracias a esto, Yoongi había tenido que estar oculto, al igual que los demás, solo Jimin y Taehyung, habían podido pasar desapercibidos, junto con Jungkook; pues incluso Hoseok habia salido involucrado.

Yoongi había complacido a Jimin, ambos iban en un caballo, rumbo a la mansión Park. Jimin no sabía por qué, pero queria ir.

Se habían estado quedando en El diamante Rojo, para que la gente no les viera, había estado en la bahía escondida, dónde estaba la torre.

Aunque en el fondo, Yoongi sabía que no podía retrasar más su partida, quería quedarse allí todo lo que pudiera.

Jimin miro su casa y trago pesado, bajo del caballo, siendo seguido por Yoongi, no había vuelto desde la noche en que Taeyang asesino a la madre de Jungkook.

En estos cuatro días habían pasado muchas cosas: Taehyung había ido a su casa, aquella cabaña en el bosque; había sacado solo sus cosas más parecidas, y le había prendido fuego. ¿Por qué?, Se preguntarán, tal ves por qué esa era su forma de deshacerse del dolor.

Yoongi, Jimin, Jungkook y Taehyung se estaban quedando en la torre, aunque Yoongi generalmente estaba en el barco: Hoseok no había querido quedarse con ellos, pues finalmente las cosas entre el y Taehyung se habían roto completamente.

Apenas llegaron, a la mañana siguiente, Yoongi, Jungkook y Hoseok, habían ido a la casa Park, por el cuerpo de la madre de Jungkook. La había enterrado en la bahía, en lo alto de una colina, en una hermosa ceremonia que hizo Taehyung.

Allí Jungkook se había quedado hasta al anochecer, hasta que finalmente pudo llorar le a su madre, todo lo que no lloro estos días, el recuerdo calaría años en su corazón.

Yoongi también se había permitido llorar le a su padre: ya lo había vengado, aunque a qué precio había sido.

La bala que uso para matar a Taeyang estaba en el fondo del mar, solo la pistola vacía se había quedado con el. Entonces Yoongi la aventó al mar, como si aquello lo terminara todo, pero no lo hizo.

–sabes lo que tienes que hacer, yo cumplí mi parte del trato Yoongi, te toca ahora a ti...

Yoongi suspiro, la dama de blanco tenía razón.

Ahora era turno de Jimin de enfrentar sus demonios y soltar su pasado.

Recorrieron la casa, en un profundo silencio, Yoongi solo siguiendo a su doncel. El cual entro en cada habitación que había: en algunas se quedaba un tiempo, mirando a la nada, en otras simplemente abría la puerta, miraba y la volvía a cerrar, pero cuando llegó al estudio de su padre, se desmorono y lloro.