Capítulo 1

113K 4.3K 423
                                    

Rafaella.

El mar de Grecia siempre resulta alucinante ante mis ojos.

Parece que el tiempo se detiene cuando estoy en este lugar, las calles traen consigo mucha paz para mí, por eso acudo muy a menudo aquí. Mykonos es mi lugar favorito en el mundo, pero eso pocos lo saben.

Estoy sentada en una butaca que se encuentra sobre el muro que separa mi casa del mar y mi mano sostiene una copa de vino blanco semi-seco.

El día de hoy ha sido complicado, papá no se puso muy contento cuando le dije que necesitaba respirar y volé en mi jet privado desde Roma a Grecia, con los años creo que ya se acostumbró a darme mi espacio personal, aunque él sabe los motivos por los que escapo.

Llevo 6 horas aquí y siento que he respirado más que nunca.

Tengo que arreglarme para ir a cenar, pronto vienen por mí.

Me pongo de pie, empinando mi copa mientras camino dentro de la casa, subo las escaleras cruzando por la pequeña sala que tengo en el segundo piso, la cual tiene una vista impresionante al mar igual que mi habitación. Se podría decir tengo una obsesión insana por el mar y los atardeceres. Toda la propiedad esta construida para observarlos desde todos los ángulos posibles.

Entro a mi habitacion y observo mi closet, eligiendo que ponerme; me decido por un short negro, una camisa blanca, un bolso negro Chanel y unas sandalias negras Hermes. Me coloco un poco de maquillaje, agregándole rímel en mis espesas pestañas negras, agrego un poco de mi perfume Ferrer con olor a vainilla y unos accesorios.

Regreso a mirar sobre mi hombro cuando abren la puerta.

-¿Me dices a dónde vamos?-suelta Thiago un poco serio.

No me gusta cuando se pone serio.

-¿No sabes tocar?-es un imprudente y siempre mantiene esa actitud altiva.

-No. ¿Me dirás o lo tengo que averiguar?

-Iré a cenar, ya están viniendo por mi.-suelta una risita sarcástica.

-Él también está aquí. ¿Por eso decidiste venir?-ya está dentro de mi habitación.

-Mi vida no gira entorno a alguien, ya te lo dije antes.-entorna sus ojos verdes, amo verme reflejada en ellos.-¿Acaso te están invadiendo los celos, amore?

-Sabes que no.-miente, es mi mejor amigo, lo conozco, sé que miente.-¿En qué auto iremos?-me rio fuerte.

-Tú no vendrás. También tengo que dedicarle tiempo de calidad.

-Te sigo en otro auto desde atrás-se va, cerrando la puerta.

-¡Thiago, ya te dije que iré sola!-me ignora.

Es un imbécil.

Salgo de mi habitación después de unos minutos en dirección a las escaleras, desde donde escucho ruido y sonrió para mis adentros cuando reconozco la voz.

Cuando ya estoy en la primera planta lo encuentro en mi campo de visión.

-¡Francesco!-avanzo a grandes zancadas para abrazarlo.

-Princess.-sus brazos me rodean, besa mi mejilla y luego mi frente, mientras yo sonrió. Me dice «Princess» desde que escucho que mis padres me llaman «Principessa». Su perfume de noche es fuerte, justo el que me gusta-Tengo que venir hasta aquí para encontrarnos.

Siempre se queja, no hay oportunidad en que no lo haya hecho, pero también que Thiago y yo no pisamos Londres hace años. Algo nos lo impide, por eso Mykonos es nuestro lugar de encuentro.

IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora