Capítulo 25

49.4K 2.7K 72
                                    

Rafaella.

Cuando desperté hoy en la mañana fue porque varios de nuestros hombres irrumpieron en mi departamento para comunicarme la noticia y sacarme de mi casa.

Nuestro equipo tecnológico ya estaba trabajando para desaparecer el video.

Salí de mi casa resguardada por más de veinte hombres.

Mientras Fabrizio conducía el auto camino a la casa de mis padres, tuve el tiempo necesario para ver el video.

Las lágrimas corrían por mis mejillas al ver a una niña indefensa siendo lastimada a ese extremo. Muchos dicen que sobreviví como los grandes, pero yo en ese momento me sentía tan pequeña.

Destruida.

Acabada.

Limpie mis lágrimas antes de bajar del auto.

La mansión de mis padres es una locura. Todos van de un lado a otro.

Entro a la casa y mamá corre a abrazarme.

-¡Oh, mi pequeña!-sus brazos me rodean y escucho sus sollozos.-Todo va a estar bien.

-Si. Mamá, todo está bien.-trato de tranquilizarla.-Ya he llorado por eso muchos años.

-Yo no sabía que habías sufrido tanto, mi Principessa. Tu maldito padre me mintió.

Suelto una carcajada porque ella jamás habla así con tanta seriedad.

-Seguro no quería preocuparte.

-Ahora entiendo porque no puedes perdonar a tu hermano y porque no tienes tranquilidad.-si tengo tranquilidad, cuando un Kuznetsov duerme a mi lado, pero eso jamás se lo diré.

-Las cosas no están tan mal.-con ella no suelo derrumbarme porque sé que la destrozaría por dentro.-Voy a buscar a papá.-trato de irme porque no creo que pueda retener más las lágrimas.

-Te preparare un rico postre.-me muestra una sonrisa amplia, queriendo transmitirme tranquilidad, pero sus ojos solo reflejan tristeza.

Asiento en su dirección y me camino buscando a mi padre.

Cuando siente mi cercanía. Abre los brazos para recibirme.

Al momento que me rodea empiezo a llorar como una niña pequeña.

-Todo está bien, amor.-acaricia mi cabello.-Esto no podrá contigo. Eres más fuerte que esto.

-Soy intocable.-repito el mantra que me ha dicho toda la vida.

-Eso eres, Principessa. Si no están con nosotros, están en contra. Acabare con todos.

-Lo sé, papá.-me aferro a él durante un largo rato.

Después me separo de el para realizarle una pregunta.

-¿Quién filtro el video?

-Una red pirata.

-¿A si?-levanto las cejas como gesto inmediato.-Quiero cortar esa garganta.-le dejo claro lo que hare.

Salgo de ahí para cambiarme de ropa, para después reunirme con nuestros hombres.

Doy la orden de que se reúnan.

-Encuentren a la persona que subió el video.-les hablo mientras camino sobre mis tacones de un extremo a otro.-Quiero tener el placer de cortar esa garganta.

-Entendido, Señorita.-gritan todos al unísono.

-Quien subió el video ya debe saber de lo que soy capaz. Pero aun así no me teme.-sonrió-Demostrémosle porque es que debe temer.

Salgo de ahí directo a la cocina. Necesito comer chocolate.

Lo necesito casi o más que el oxígeno para vivir.

...

Llevo una semana en esta casa y quiero empezar a caminar por las paredes.

Mi abuelo han venido a visitarnos un par de veces durante las noches

A pesar de sentirme muy acompañada solo pienso en volver a mi trabajo y a mi casa.

Me jode cuando intentan arruinar mi vida.

Me quieren joder sin conocer los efectos colaterales que trae consigo que me lastimen. Porque no saben la guerra que se les viene.

-¡Papá, me largo a mi casa!-entro a la biblioteca de casa.-Ya no aguanto más.-le muestro un puchero.

-No. Los periodistas te entrevistaran.-me encojo de hombros.

-¿Y? Yo fui la que pase por eso. Más no lo provoque.-muerdo mi labio pensando en cómo puedo convencerlo.-Si me quieren entrevistar daré la cara. Mate a esos hombres porque eran ellos o yo. Y en esta vida siempre seré yo. Además ese juicio ya fue resuelto y salí absuelta. Yo soy la víctima.-levanto un poco la voz sin poder controlarlo. Me indigna estar pasando por esto, después de tantos años.

-No seas caprichosa, Rafaella. No te vas a exponer de esa manera.

-Ya no soy una niña, Riccardi. Puedo defenderme.

-No lo dudo. Te he visto hacerlo. Dejemos que pasen unos dos días más y luego ya te vas a tu casa.

Acepto a regañadientes lo que me dice.

-Bueno, iré a seguir comiendo torta.-suelta una carcajada que llena todo el lugar y yo soy feliz al escuchar ese sonido.

Papá pocas veces suele sonreír y sabe que últimamente solo vivo en la cocina ayudando a cocinar a Margarita y por las tardes me reúno con mi equipo para seguir con el trabajo remoto, al menos por mi parte.


















Hola, Tormentas, les confieso que amo con todo mi ser a Christian Riccardi 🖤

Espero les guste el cap.

Besos🖤

-Elyn.

-Elyn

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora