Capítulo 5

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Máximo.

Hace unos días me llamo una mujer a decirme que no desean hacer negocios conmigo. He intentado comunicarme con la pelinegra pero no me han brindado ningún medio de comunicación.

Así que mande a investigar todo sobre la Riccardi. Justo ahora me están mostrando el reporte.

Voy a atacar sus puntos débiles.

Como los depredadores.

-Rafaella Riccardi Ferrer.-empieza-Nacida en Italia, tiene 23 años de edad, hija de Christian Riccardi y Carolina Ferrer, heredera al imperio de sus padres y dueña de su propio imperio, tiene un hermano, pero no se tiene mucha información personal de él, solo que es duelo de un imperio automotriz. La información que existe sobre ella es del 2013 en adelante, ha vivido en Londres durante todo su periodo universitario con sus dos amigos: Thiago Costa y Francesco Black. Aquí tienes su dirección y el número de teléfono de la señorita.

-Dile a Renzo que venga.

Sale a buscar al imbécil que tengo por mejor amigo.

Me pongo de pie saliendo de mi casa y me movilizo a la salida. El castaño llega sonriendo.

-Nos vamos.-le digo rodeando el auto.

-He estado bien, Máximo. Gracias por preguntar.-dice irónico.

-Iremos a visitar a Rafaella Riccardi.-se pone blanco como un papel.

La conocen como la reina de las tormentas, la mujer más poderosa, la reina que pone de rodillas a cualquiera, la mujer que asesina sin piedad, la que conduce autos negros por las calles de Italia y que se viste con ropa de alta costura al momento de arrebatarte la vida, tan segura de que su vestimenta no se teñirá de rojo.

-¡Estás loco! Nos matara apenas nos vea.-se altera.

-No nos conoce.

-No estoy dispuesto a perder mi vida por tus pendejadas.

-Yo entrare primero y la retendré para que tu tengas oportunidad de escapar como un maldito cobarde.-lo fulmino con la mirada.

No menciona nada más hasta que estamos fuera del edificio de la mujer que llevo días buscando.

-Hablare yo.-me comunica-Tu quédate aquí porque harás que el hombre se orine en sus pantalones cuando te vea. Hackearé el edificio para que el ascensor se abra sin clave.-me dice mientras entra al holding del edificio.

Después de un rato me indica que ya puedo pasar y subo al piso 9 que es donde vive.

No está en casa. Todo está absolutamente oscuro, solo se filtra la luz por la luna que da vista a la ciudad. Tomo asiento en un mueble. Esa mujer no sabe con quién se ha metido. No le gustara haberle negado algo al diablo.

Después de un largo rato se abren las puertas del ascensor para darle paso a la pelinegra.

Busca el interruptor de la luz para encenderlo.

Se asombra cuando me ve, pero no se atemoriza.

-¿Qué haces tú aquí?-me quiere asesinar, lo puedo ver en sus ojos.- ¿Cómo entraste a mi casa?

-¿Sabes algo, Malen'kiy? No me gusta que me nieguen las cosas. No me gusta que me quieran joder.-levanta las cejas en forma de burla.

«Pequeña»

-No me llames así.-susurra con el odio palpándose en su voz.-Sorpresa...A mí tampoco me gusta que me quieran joder con mentiras.

-Créeme que no me quieres hacer enojar.

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