Capítulo 45

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Rafaella.

La rubia ha venido a nuestra casa temprano para viajar a Rusia. Ahora estamos abordando el jet privado de los Kuznetsov en su aeródromo porque el pelinegro no quiso ir en el mío.

Es un pendejo caprichoso.

Iremos a conocer el lugar donde celebraremos la boda para que Lauren pueda determinar cada uno de los espacios.

Estoy sentada sobre las piernas de Máximo mientras me mira con el rostro inclinado hacia un lado, pero no me está mirando realmente porque sus ojos están perdidos en sus pensamientos, objetivamente creo que toda su concentración esta puesta en lo que escucha por los audífonos que tiene puestos.

Regreso a mirar a la rubia que revisa algo en su IPad muy concentrada, observo con detenimiento a todos los que estamos en el avión y levanto mi copa de vino blanco hasta terminármela degustando su esquito sabor.

-Entonces las flores están listas.-habla Lauren mostrándonos las flores blancas que hemos elegido, asiento.

-Falta el bouquet de la novia.-le hago recordar.

El pelinegro me sujeta más fuerte y siento la erección que se le ha formado que me está martillando la espalda baja.

Mi atención vuelve a centrarse en la rubia que me señala al Kuznetsov pidiéndome algo que entiendo a la primera, me giro quitándole los audios.

-¿Conoces a alguien que pueda dirigir la ceremonia en Rusia?-le pregunta la rubia a Máximo que me arrebata los audios con rapidez.

-Gregori, ¿Conoces a alguien que dirija mi ceremonia de boda?-le pasa el problema a su hombre de confianza.

-Sí, creo que si.-se encoge de hombros.

-Él conoce a alguien.-responde la pregunta de la rubia quien rueda los ojos.

-Continuemos, por favor.-me rio porque se nota que lo odia.

-Para la fiesta necesitamos un DJ.-le digo a Máximo.

-Mejor un cantante.-me besa.-Puedo traer al que sea.

-No, porque serian muchos.-niego.-Mejor un DJ que me ponga lo que yo quiera.

-Puedo traer a muchos.-lo escruto con la mirada.-Entonces un DJ.-sede.

-¿El espacio que nos darás es grande?

-No. Es chico.

-¿Y no te puedes comprar uno más grande?-le pregunta con sorna.

-Claro. El que tú quieras.-se le burla.-Las limitaciones son para ti, no para mí.

-Imbécil.

-Sí, es grande.-intervengo, aclarándole a la rubia.

Cuando aterrizamos Máximo se acerca a hablar con Gregori y el asiente sin reproches a todo lo que le dice.

Nos subimos en un Bugatti negro que ya está esperando por su dueño y Lauren se va con Gregori en un convertible, con los hombres de seguridad detrás de ellos.

Nunca he venido a Rusia, pero es realmente hermoso, algo frio, pero hermoso al fin y al cabo, hace años quise venir pero tenía claro que en el momento en que pusiera un pie aquí me mataban, parece un chiste que ahora este casada con el hombre que supuestamente me quería arrancar la cabeza.

Desde lejos logro ver un castillo con torres muy altas.

Algo se remueve en mi pecho porque conozco el significado que tiene eso para nosotros. Fue su promesa, una promesa que me hizo cuando era un niño, aun me cuesta procesar que me haya tenido presente y que recordara esos detalles sin saber si íbamos a terminar juntos.

IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora