Capítulo 66

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Máximo.

Hemos esperado a que Rafaella cumpla dos meses de embarazo para darles la noticia a mis abuelos.

Hace unas semanas la lleve al bunker para hacerle una ecografía y revisar los signos vitales de mis hijos.

No tendremos un solo hijo. Dos fetos. Tiene dos fetos dentro de ella.

Cuando nos enteramos que tendríamos mellizos fue de inmediato a darle la noticia a su familia y si antes la amaban, ahora la contemplan desde un pedestal.

Todos han llorado, tanto así que ya me ponía a llorar con ellos.

Ridículos.

Lo toman como si fuese algo suyo, pero eso es solo mío. Me pertenece a mí.

Aún no sabemos el sexo, pero espero saberlo pronto.

Muy dentro de mi deseo que sean hombres, son más fáciles de criar dentro de la mafia.

Hemos sido precavidos para darles la noticia a mis abuelos, porque podía suceder cualquier cosa en los primeros meses, hasta que ha llegado el día, ella los ha invitado a su mansión en la Toscana. Justo ahora los estamos esperando.

-¿Tú crees que les agrade la idea de tener un bisnieto?

-Creo que conmigo estaban conformes.

-Idiota.-ruge entre dientes, desviando su atención hacia el frigorífico.

Los cambios de humor que han tenido han sido todo un desafío, si antes era impredecible con sus emociones, ahora lo es más, me sorprende como puede pasar de la risa al llanto en cuestión de segundos o de la tristeza a la felicidad sin complicaciones.

Se aprovecha de que está embarazada para pedir torta de chocolate todos los días, sin contar con que ha desaparecido una torta entera en dos días, intercalando con helado. Su apetito con las comidas es diferente, no le agradan en lo absoluto y se niega a probar bocado alguno, es muy terca, a veces la entiendo porque cada vez que come algo que sea beneficioso para su salud corre al retrete a vaciar su estómago con arcadas que le rasgan la garganta.

Ya se está acostumbrando a tomar infusiones que contiene jengibre porque eso es lo único que la mantiene aliviada y le ayuda a sobre llevar las náuseas y todo lo demás.

-Creo que se emocionaran.-digo haciendo que regrese su atención a mí.

-Eso espero, si no lloraré.

-Niña pendeja.

-¡Soy una mujer embarazada, Kuznetsov, muestra respeto!-grita poniéndose roja.

Ese es otro detalle, ahora cambia de color de un momento a otro, cuando está enojada se pone roja, cuando está triste se pone pálida, cuando está asustada se pone morada y cuando está relajada toma su color natural y a todos los colores le acompañan sus ojos grises llorosos.

Siempre me manipula y me restriega en la cara que ella tendrá más poder sobre ellos porque es quien los lleva en su vientre.

Rafaella Riccardi embarazada es el mejor espectáculo que presenciaran.

Mis abuelos ingresan, mi abuela en su silla de ruedas y mi abuelo detrás de ella.

Me acerco a estrechar a mi abuelo mientras Rafaella hace lo correspondiente con mi abuela.

-Este es mi nieto querido.-dice mi abuelo golpeando mi espalda.

-Te he extrañado abuelo.-son las únicas personas con las que me muestro vulnerable y les demuestro todo el cariño que siento por ellos.

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