Capítulo 18

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Rafaella.

Estoy en mi oficina terminando con las gestiones de una entrega de armas y atendiendo unos asuntos de la cadena hotelera que requerían mi atención.

No he dejado de pensar en el Kuznetsov, llevo dos días sin saber nada de él y eso me tiene un poco intranquila.

-Con respecto a el nuevo hotel que construiremos en Monza ¿Ya tenemos a los ingenieros y arquitectos definidos?-le consulto a Vero sin despegar los ojos de los papeles que tengo sobre mi escritorio.

-Si. Son de Holding Grup Riccardi. Ya se les entrego todos los documentos y el día de mañana asistirán a realizar la inspección ocular del espacio.

-Coméntales que quiero discutir la propuesta de interiores cunado la tengan lista.-anota en su agenda lo que le digo.

-Como digas. ¿Algo más o ya me puedo retirar?

-Ve a descansar. Yo me voy a casa.-me pongo de pie tomando mi bolso.

-Mañana nos vemos entonces...-sale cerrando la puerta de mi oficina.

Salgo después de guardar todas mis cosas y tomar mi teléfono.

Cuando estoy saliendo del ascenso para abordar mi auto mi teléfono empieza a vibrar en mi mano.

-Malen'kiy ¿Dónde estás?-dice muy sereno.

-Saliendo del trabajo, ¿Qué quieres?

-Preguntarte como va tu día.

-¿Estás jugando?-acaso intenta burlarse de mí, es un tonto.

-Dile que venga ¡ya!-grita otra persona por el teléfono-¡Déjate de pendejadas!

-¿Qué pasa?-me apresuro a preguntar.

Subo a mi auto quedándome sentada en el asiento de copiloto.

-Este imbécil está herido.-me dice refiriéndose a su amigo.

-¿Ah, solo yo estoy herido?-vuelve a hablar el susodicho.

-Yo también estoy herido pero no es nada. ¿Puedes venir a curarlo a él mientras yo me curo?

-Voy para allá.-corto la llamada y conduzco a toda velocidad para llegar rápido a mi destino.

Entro al departamento y los veo sentados en un sillón de la sala, están bañados en sangre, Renzo está mirando sus heridas y el Kuznetsov está mirando su teléfono.

La cosa es grave, están sangrando mucho.

Me enseñaron a curar heridas desde los 8 años, he hecho operaciones, he sacado balas y he suturado cortes. Incluso en mi misma y en mi familia.

-Estamos sangrando mucho.-menciona el Novikov cuando me ve.-Sé que no te caigo bien pero... ¿No me dejaras morir, verdad?-entorno los ojos ante su comentario.-No dejaras morir a un hijo de Dios ¿No es así?-eso me saca una sonrisa.

-¿Dónde está el botiquín?-quiero empezar ya, parece que al pelinegro no le importa estar herido.

-Antes de subir las escaleras.-se pone de pie-.Te espero arriba.

-¡Quédate aquí!-le ordeno señalando el sillón en el que estaba sentado.

Voy en busca del botiquín, es de color negro con una cruz en el centro de color blanca.

-¿Que carajos les paso?-exclamo preocupada.

-Guapa, tenemos muchos enemigos. Nos agarramos a tiros con hombres muy malos. Matamos a muchos pero nos llevamos nuestra parte.-me informa el mejor amigo del hombre que me mira buscar lo que necesito dentro del botiquín.

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