Capítulo 46

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Máximo.

Estoy recostado sobre la cabecera de la cama con el ajedrez en posición, empiezo a mover las piezas con habilidad jugando solo, en el reproductor de la habitación suena la canción que escuche por casualidad y que no me puedo sacar de la cabeza porque representa todo lo que mi mujer es para mí.

Hasta me aprendí la letra de memoria y no dejo de tararearla cada que puedo. Así me tiene ella, escuchando canciones cursis y románticas.

Muevo el arfil color negro en diagonal, golpeando la pieza de color blanco que saco del tablero, tomo el caballo blanco entre mis dedos desplazándolo dos lugares, derribando al arfil que moví hace un momento.

Me da rabia no poder ganarme a mí mismo, eso debería ser lo ideal, pero al mismo tiempo me molestaría ganarle a mi persona.

Eso demostraría que un Máximo Kuznetsov es más inteligente que el otro Máximo Kuznetsov, algo inaceptable por lejos.

No hay nadie mejor que yo para ser yo mismo.

Mi teléfono suena recibiendo la llamada de un individuo con el que no deseo hablar ahora, porque estoy esperando la llamada de la pelinegra que salió con la rubia oxigenada y no ha regresado hasta ahora.

El teléfono vuelve a sonar cortándome la canción.

-¿Qué mierda quieres?-Gregori bufa rabioso al oírme.

-¿Por qué carajos no contestas el maldito teléfono?

-Estoy esperando que me llame mi mujer.

-¿Y porque crees que te llamo?

-¿Por qué me quieres dar las buenas noches?-lo jodo.

-Déjate de mierdas, Máximo, tu mujer se ha chocado.-me pongo de pie alertado con lo que me comunica.-Me ha dicho que no te diga nada pero tú eres el jefe.

-Ya estoy bajando.-le informo para que no se mueva sin mí.

¡Como carajos se choca! Es una imprudente de mierda, en qué estado estará conduciendo, que no es capaz de medir las consecuencias que puede tener su actuar y para colmo le pide a mis propios hombres que me oculten las cosas.

Esta como una cabra. Loca.

Bajo apresurado encontrándome cara a cara con mi hombre de confianza.

-Sube y me vas indicando la ruta.-le ordeno y busco a otro de nuestros hombres con la mirada, señalándolo.-Sígueme.-se dispone a hacer lo que le digo.

Salgo derrapando del estacionamiento mientras Gregori a mi lado me da la ruta que marca el GPS que tiene mi carro, para llegar a donde está, mientras a mi esta que me lleva la mierda por lo irresponsable que es.

Apenas veo mi Bugatti estrellado contra un poste giro el auto de improviso en sentido contrario, escuchando como se queja Gregori por el golpe que se ha dado contra el vidrio de la ventana, abro la puerta bajando rápido y buscándola con la mirada pero no hay rastro de ella.

Me alarmo al no verla por ningún lado.

Rodeo el auto y la veo sentada sobre el pavimento, su cabello negro esta desarreglado y parece que su mente estuviera divagando por otros lares.

-Levántate.-le ordeno furioso, parece que no esperaba verme aquí porque su rostro ha cambiado de color. Se ha puesto pálida.

-Amor...-habla dudosa mientras se pone de pie dándome la cara.

La aniquilo con la mirada cuando inspecciono su rostro y veo que su maldita frente tiene un leve corte del que ha brotado sangre, la cual ha manchado su piel escandalosamente, pero parece que ella no se ha dado cuenta.

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