Capítulo 51

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Máximo.

La ira se desborda por todos lados cuando saco el papel del sobre que descansa sobre la barra.

«Demanda de divorcio», arrugo el papel entre mis manos.

Aparte de que no me ha llamado ayer porque no se le dio la puta gano hoy me sale con esto ¿A qué cree que está jugando? ¿Quién cree que soy? Un pendejo.

Tomo el teléfono llamándola pero de frente me manda al buzón. Vuelvo a intentarlo cinco veces más y todo sigue igual. No hay respuesta.

Llamo a Gregori con la mierda revolviéndome la cabeza.

-¿Por qué carajos no me ha llamado? ¿No tiene brazos? ¿Se le han caído las manos? ¿Qué mierda pasa?

Lo escucho suspirar agobiado.

-Tranquilízate que te va a dar algo.

-¡Ya me dio!-grito.- ¿Por qué no contesta mis llamadas?

-Ella no quiere hablar contigo. Dice que se quedara a vivir en Grecia.

Esta loca como una cabra.

-Ponla al teléfono.-trato de respirar porque estoy seguro que si no me da un paro cardiaco, un derrame cerebral o un maldito aneurisma.

-No esta despierta.

-¡Levántala!-ella duerme tranquila mientras yo estoy jodido.

-Te llamo más tarde.

-¡Pónmela al teléfono!-quiero arrasar con todo.- ¡Gregori! ¡Dile que me conteste el puto teléfono!-si no me obedece lo mato.

-Espera.

Escucho como habla con alguien y sé que es ella.

-¡Rafaella, si no me coges el puto teléfono voy a ir a buscarte, mentirosa de mierda!-necesito que hablemos.

Hay un silencio y luego escucho su voz, aunque es seca, es más que suficiente para mí.

-¿Por qué no me contestas el teléfono?-le pregunto frotándome el mentón.

-Porque no tengo anda que hablar contigo-me dice sin rodeos.

-¡Claro que sí! ¡Tenemos un puto matrimonio!-he perdido todos los estribos.-Desde ya te digo que no voy a firmar esta mierda.-mi puño golpea con fuerza la mesa.

-Háblame cuando sea para firmarlo.-mi mandíbula se tensa.-Pensé que me llamabas para negociar.

-No voy a negociar una mierda.-las estupideces que dice están rayando el punto de la locura.

-No pienses que me voy a quedar con algo tuyo, yo solo quiero lo que es mío y que firmes el papel. No tenemos por qué volver a vernos las caras y si quieres puedes botar a la basura mis cosas porque ni siquiera pasare a recogerlas.

No me escucha, porque sigue con la misma cantaleta. ¿Cómo carajos no me va a querer mirar a la cara? ¿Y cómo botare a la basura sus cosas si espero que regrese?

-No digas pendejadas.

-¿Vas a insultarme otra vez?-ruedo los ojos, frustrado.-Dudando de mi palabra y diciendo que soy una aprovechada que suele recurrir a bajezas para obtener lo que quiere o esta vez planeas insultar lo que soy capaz de crear.

Esta verdaderamente furiosa.

-Rafaella...-ya estoy a punto de tomar el puto avión y traerla de regreso.

-Ya me canse de escucharte ¡Y si no tienes el mínimo respeto hacia mi persona, para firmar ese papel, evita llamarme porque ya no te aguanto ni un segundo más!-esto es el colmo.-Nos vamos a divorciar, Máximo, esa es mi última palabra.

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