2- ¿Ataque?

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Bryan
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Ella es la chica más hermosa que he visto en toda mi vida, y me ha rechazado... no quiere salir conmigo.

¡No quiere salir conmigo!

—¿Acaso soy feo? —le pregunto a mi amiga Melissa.

—No eres feo Bryan, para nada, sabes que eres el chico más guapo de la prepa.

—Pff, y de que me sirve eso si ella, Vanessa Green, no quiere salir conmigo —cruzo mis brazos y mi amiga rueda los ojos.

—No te des por vencido.

—No lo haré, me enamoré de esa chica, hace apenas dos horas y joder... —suspiro y mi amiga suelta una carcajada.

—Es la primera vez que escucho a alguien decir eso, jamás vi a alguien enamorarse en un día, o mejor dicho, en una hora, no tampoco, en unos segundos, parecías tonto mirando a esa chica.

—Es que es... perfecta.

—Tendrá una razón para rechazarte, tal vez tiene novio, la vi hablando con un chico.

—Ese es su mejor amigo, Henry, además, es gay.

—Bueno, ¿qué tal si en la hora del almuerzo vas a la cafetería y te sientas a su lado?, así hablas con ella —me guiña un ojo y asiento.

—Gracias mi morena.

—¡No me digas morena! —me fulmina con la mirada y yo suelto una carcajada.

                          •=•=•=•

Joder, estoy nervioso, muy nervioso, demasiado nervioso.

—Anda, acércate a ella —Melissa me da un leve empujón en la espalda, fue tan leve que casi atravieso la puerta de cristal de la cafetería.

—¡Voy a hacer el ridículo!

—Pff, déjate de bobadas y vamos, yo me llevaré a su amigo —tira de mi brazo y entramos a la cafetería.

Ella ya está allí, está ríendo sobre algo que le cuenta su amigo. Su risa es tan hermosa que hace que yo sonría y los nervios se apoderen de mi.

—¡Hola! —Melissa los saluda, Vanessa deja de reír y nos mira, luego la noto incómoda.

—¡Hola! —Henry saluda con emoción  mientras le da con el codo en las costillas a su amiga.

—Hola —ella saluda en voz baja.

—Henry, ¿damos una vuelta? —mi amiga le pide al amigo de Vanessa y este asiente con emoción.

—Vamos, amo hacer amigos nuevos.

Los dos salen de la cafetería y me quedo solo con Vanessa, ella mira por la ventana. Tomo aire y me siento frente a ella, trago saliva y la miro. De perfil se ve aún más hermosa.

—Si me sigues observando así...

—Oh, disculpa es que eres tan hermosa —me aclaro la garganta y ella suspira, me mira y me siento aún más nervioso, mis manos están sudando, y odio eso. Parezco una nena.

—Ya me dijiste que era hermosa, hace cinco horas.

—Lo sé, pero... lo eres y creo que deberían decírtelo.

—Te sentaste a conversar conmigo, pero, ¿sobre qué? —me pregunta cambiando de tema.

—Emm, solo vine a hablar de... no sé, quería que fuéramos amigos y...

—Y termináramos siendo novios, es eso, ¿verdad? —enarca una ceja y luego sonríe—. No te das por vencido, pero lo lamento, tal vez podríamos ser amigos, solo eso, no quiero ninguna relación con nadie.

Su mirada de pronto se vuelve triste.

¿Qué tendrá? ¿Alguien le habrá roto el corazón? Si es así yo diera la vida por arreglarlo, ella parece una chica demasiado genial, no parece mala persona.

—¿Alguien ha roto tú corazón? —le pregunto y ella niega con su cabeza.

—No es eso, es... nada, olvídalo.

—Vanessa, yo te...

—Tú nada Bryan, un corazón roto es lo más horrible del mundo, ¿sabes? Cada día recuerdo eso y me siento como una mierda...

—¿De qué hablas?

—De mi, soy una persona horrible —traga saliva y aprieta sus labios.

—¿Una persona horrible? Horrible era Fiona y Shrek se enamoró de ella, así que, por favor, no digas que eres horrible si no voy a operarme la cara y ponerme la tuya para que cada día te veas —inflo mis mejillas y su espalda comienza a sacudirse.

Creo que se pasa un minuto así.

¿Acaso le está dando uno de esos ataques? Yo no sé que hacer en esos casos.

—¿Vanessa estás bien? —le pregunto y ella estalla en risas.

¿Pero qué le ha dado?

—S-Si estoy bieeeen —sigue ríendo a carcajadas y yo la miro con el ceño fruncido.

—¿Qué te ha causado tanta gracia?

—Tú, la cara que has puesto cuando dijiste que te operarías —una lágrima se le escapa y ella continúa ríendo.

—No creo que eso cause tanta gracia.

—Disculpa, ¿sí? Es que soy de las personas que se ríen por cualquier cosa.

—Ah, ya entiendo —sonrío, algo es algo.

Al menos la hice reír, un punto para mí por ahí.

—Okay, ya me calmo —se frota los ojos y me mira—. Perdóname, me río por todo.

—Descuida, pero, ¿sabes? Dicen que esas son las personas que más tristes están...

—Pues si, eso dicen, pero yo no estoy triste Bryan.

—Oye —pongo mi dedo en su frente, ella sonríe—. En tú mirada se nota que algo sucede, eres una chica muy hermosa para estar triste Vane.

—Hice algo en el pasado que...

—Hablas como si fueras una vieja, eres menor que yo —sonrío y ella sacude su cabeza.

—No lo soy, tengo la misma edad que tú, dieciocho, solo entré tarde al colegio ya que mi madre quería que entrara un poco más grande.

—¿Enserio? O sea, tenemos la misma ed... No, yo tengo diecisiete, los cumplo en abril, ¿tú cuándo los cumpliste?

—En enero, el treinta y uno.

—Oh vaya, y estamos en febrero, no hace tanto.

—¿Sabes? Pareces un chico malo y... eres demasiado amable y tierno —me dice y asiento.

—Mis tatuajes me hacen ver malo, pero soy demasiado bueno.

—Y estás bueno —murmura ríendo y luego me señala—. ¡Te has puesto como un tomate!

—No estoy acostumbrado a que me digan que estoy... bueno.

—Wow, pero si eres guapo y sí que lo estás, por algo eres el chico más guapo de la preparatoria, debes tener a muchas chicas babeando por ti.

—No...

—Sí es verdad, mira hacia aquella esquina —señala una de las mesas del final—. Aquellas chicas te miran como si fueras un dios griego.

Me giro hacia allí y es cierto. Dios mío que vergüenza.

—¡Te has sonrojado de nuevo! —vuelve a reír y yo cruzo mis brazos.

—¿Ahora te ríes de mí?

—Pues, como ya sabes, me río por todo.

          
       

Esencia✔Where stories live. Discover now