Esencia✔

38-Tatuaje

Vanessa
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Una semana ha pasado y resumiendo lo que ha sucedido podría decir que todo tiene el nombre de Grettel.

Está que parece un chicle pegado en el zapato de Bryan.

A veces me dan ganas de reír por como Bryan le pone mala cara y ella ni se da cuenta. Él no es una mala persona, pero Grettel cansa.

—Niños pinten verticalmente —Nathalie nos dice.

Yo miro lo que estaba haciendo y quedo horrorizada. Estaba pintando en círculos mientras pensaba. Oh Dios.

—Puta vida, ¿acaso esto es una actividad de campismo? —Melissa le pregunta a nuestra guía con mala cara.

—No, pero la actividad de hoy se canceló porque la lluvia de hace una semana derribó algunas vallas del río.

—Eso es lo bien que las hicieron —la morena murmura y Henry niega con su cabeza.

Al terminar de pintar la pared vamos a nuestras casas y tomamos un baño para luego ir a la cafetería y almorzar.

Y que bien porque ya tenía hambre.

—¿Adivinen quién se va a sentar con nosotros? —Víctor pregunta mientras esperamos a que traigan nuestro almuerzo.

—La rubia peligrosa —Melissa responde riendo.

Agh... Antes Grettel me caía súper bien, pero ya es como un clavo en el dedo gordo del pie.

—Ya dejen a la pobre —Henry  ríe—. Le deben estar sumbando los oídos.

—Merecido lo tiene —ruedo mis ojos.

Bryan se queda mirándome con una ceja enarcada y una sonrisa de lado.

Sí Bryan, siento celos... a veces.

El almuerzo llega, o bueno, lo traen los camareros y lo dejan sobre la mesa.

Cada día es un almuerzo diferente, no sé cómo le hacen para preparar tantas comidas distintas, o tal vez hacen las mismas pero como son tan deliciosas no me doy cuenta.

—Hello family —la irritable voz de Grettel llega a mis oídos y de inmediato resoplo.

Esto ya es demasiado.

Siempre se sienta con nosotros y apenas lo hace besa en la mejilla a Bryan.

Y él se deja.

Bueno, ni modo que le diga: echa pa'lla.

—Ya le cayó mosca a la sopa —Melissa murmura.

Como mi almuerzo tranquila y con calma, evitando mirar a la rubia peligrosa.

—¿Qué es lo tuyo, niña? —Henry golpea la mesa y le pregunta a Grettel, esta pega un brinco y abre sus ojos de par en par.

—¿Qué te pasa?

—¿Qué te pasa a ti? —Henry aparta su almuerzo de mala gana y cruza los brazos—. Las mesas son sólo para cinco personas, tú tienes tu equipo, el que últimamente has dejado solo. Te vienes todititos los días a jodernos la vida y a mortificar a Melissa y a Vanessa. ¿Dónde está la Grettel amiga de todos? Cuando Bryan no estaba te llevabas bien con nosotros, hablábamos, pero hasta ahí, y ahorita quieres hasta entrar a nuestra casa y quedarte pegada todo el día junto a Bryan.

—Me caen bien y quisiera estar en el equipo de ustedes, eso es todo —la rubia responde y yo resoplo por segunda vez.

—¿Enserio? Tú sí quieres entrar pero sólo por Bryan, nosotros te valemos un chingo, Grettel, no lo niegues más.