44- Castigo

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Vanessa
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Despertar al lado de Bryan se siente muy bien, demasiado. Observo como su pecho sube y baja lentamente mientras respira dormido.

Parece un ángel... ¿le habrá dolido caer del cielo?

Sonrío ante ese pensamiento pero dejo de hacerlo al escuchar ruido fuera de la habitación y me parece saber que es o más bien, quien lo hace: Nathalie.

Claramente comienzo a escuchar su voz. Está regañando a mis amigo. Debería levantarme ya que la culpa de todo este enredo es mía, pero estoy tan cómoda aquí...

Deja la pesadez y levántate, tienes que ir con tus amigos.

Vale conciencia, te haré caso.

Al levantarme me visto con mi ropa ya seca y sacudo a Bryan para que igual lo haga, él gruñe algo pero luego abre sus ojos.

—¿Qué hora es? —es lo primero que pregunta.

—No lo sé, pero Nathalie está allá afuera, tenemos que ir.

—Vale, ahora voy —murmura y se sienta en la cama, yo me doy la vuelta y miro por la ventana.

Todo está empapado y hay demasiado barro afuera.

Mis pobres tenis de van a ensuciar.

—Ya estoy listo —Bryan me dice y me doy la vuelta para luego salir de la habitación juntos.

Al llegar a la sala nos encontramos con Nathalie y el director, con sus caras más serias, mientras Melissa, Henry, Víctor y Grettel los escuchan en silencio.

Cuando notan nuestra presencia la guía se acerca a mí con los brazos cruzados.

—Pensé que eras la más responsable, Vanessa.

—Lo siento, todo fue culpa mía...

—Eso ya lo sé —ella asiente y miro a Grettel que sonríe de lado.

—Igual comenzó a llover y teníamos que refugiarnos —Bryan le dice y ella ríe rodando sus ojos.

—¿Enserio Bryan? ¿Y no pudieron ir al comedor de nuevo?

—El bosque estaba más cerca —se encoge de hombros.

—Ya, ya. Lo echo echo está —el director suspira—. Desde ya decirles que están castigados, durante tres días trabajarán en la cocina.

—Vale, pensé que sería peor —Melissa sonríe y el director le pone mala cara.

—Ahora vamos todos, necesitan desayunar y luego fregar todos los platos, vasos y cucharas.

Ay Dios, y todo por el chisme.

El chisme es chisme mi reina.

Eso es.

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—Vane, pásame el jabón —Henry tiende su mano hacia mi.

Con mucho pesar le doy el frasco y sigo en lo mío. Quitarle el jabón a los platos, cucharas y vasos.

Melissa y Bryan están sirviendo el almuerzo mientras que Grettel y Víctor lo llevan a las mesas.

Ni en mi casa yo hacía esto, pero bueno, sólo serán tres días, además, podemos comer lo que queramos aquí. Esa es la única parte buena de este castigo.

¡Pero es que son muchos platos!

Aunque al menos yo se que Henry y yo los fregamos bien y no me da algo de asco comer en ellos. Sabe Dios si los otros ni fregaban...

Esencia✔Where stories live. Discover now