Esencia✔

29- Siempre lo serás

Vanessa
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Me siento en el porche y me quedo observando la luna por un rato. De pronto la puerta se abre y veo a mamá salir junto a un abrigo, ella lo coloca encima de mí y se sienta a mi lado.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta y yo suspiro.

—No puedo dormir.

—¿La razón...?

—Tuve una pesadilla, pero era confusa, era como bastante personas y todas gritaban, otros se quedaban con la boca abierta y se congelaban, luego aparecían personas sin cabeza bailando bajo la lluvia... todo era muy raro —pego mi cabeza a su hombro.

—Pues eres muy valiente, si llego a ser yo la que tiene esa pesadilla te aseguro que no estaría sola aquí afuera.

—Pero no estoy sola, estoy a tú lado, mamá.

—Seee, porque me di cuenta de que saliste de tu habitación, casualmente estaba tejiendo un poco cuando te vi —rie y luego suspira—. ¿No tienes más nada? Te noto triste, cariño.

—¿No has sentido ganas de llorar de repente?

—Pues sí, antes me sucedía, pero era porque mis padres no me daban amor y yo... lloraba en silencio por eso.

—Pero ustedes me dan amor, y lo que siento justo ahora es raro.

—¿Estás embarazada? —de repente pregunta y yo pego un salto.

—Claro que no mamá, ¿cómo se te ocurre?

—Lo hice para eso, para que quitaras esa cara —suelta una pequeña carcajada y yo cruzo mis brazos.

—¿Qué hacías con papá que ahora estás de bromista? —sonrío de lado y ella se sonroja.

—Pues nada, sólo tejía, por Dios hija, más respeto.

—Ves, las bromas no sólo las haces tú —río y ella me abraza.

—Me alegro de que estemos juntas, hija.

—Y todo gracias a Bryan, mamá.

                          •=•=•=•

Entro al bus junto a Henry y nos sentamos al lado de Melissa. Con mi mirada busco a Bryan y no lo encuentro, tal vez suba al otro bus.

—¿Y Bryan dónde está? —Henry le pregunta a Melissa, esta se encoge de hombros.

—No lo sé, de seguro se quedó dormido y viene en el otro bus.

—Eso pensé yo —murmuro y Henry sube y baja las cejas mirándome.

—¿Querías verlo? ¿Cierto?

—Pues es mi novio, obvio que lo quiero ver.

—¡Uy! Lo que el amor hace, cambia a las personas de una manera fascinante —mi amigo suelta una carcajada a la que Melissa se une.

Hacemos silencio en el resto del trayecto. Sólo de escuchan a algunos estudiantes hablar sobre series, cómics, y lo que hicieron anoche.

Cuando el bus por fin llega a la preparatoria todos bajamos y entramos. Henry, Melissa y yo vamos directo al patio. Ahí nos sentamos en las bancas a esperar a que suene el timbre. Víctor aparece de repente, eso es que el otro bus llegó, espero que Bryan haya venido en ese.

—¡Hola capullito, flor de océano y cielo! —el poetizado saluda y Melissa enarca una ceja.

—¿Quién es cielo?

—El escritor de esta zona mi flor.

—Habla de mí, ya sabía que era un cielo, todas vienen a mí por eso —Henry sonríe de lado y Melissa le golpea el hombro.