11- Yo te esperaré...

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Vanessa
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Creo que aceptar el reto de la rubia fue mala idea. Estoy mareada, veo a Henry muy gracioso, da vueltas en un sofá junto a Melissa y Bryan.

Veo que Melissa está preguntándole algo a Bryan, de seguro continúan jugando a... ¿qué era? ¿Yo nuca de pollo? ¿Yo nunca nunca? ¿Reto o verdad? ¿Carne o pescado?

La neta, pos no sé.

Ñe.

Comienzo a reír por lo que acabo de pensar pero dejo de hacerlo al ver a Bryan frente a mí.

Y muy cerca de mí.

Su rostro se aproxima al mío con lentitud y yo rápidamente me levanto.

—¿Qué haces? —le pregunto ríendo y él hace una mueca para girarse hacia Melissa.

—Está pasada de copa, así jamás la besaría.

—Emm, lo siento Bryan, solo te reté a eso porque...

Me alejo de ellos y voy a otra mesa que está llena de bebidas dulces. Tomo un vaso y lo llevo a mis labios.

¡Uh! Que delicia.

Bebo dos vasos y luego comienzo a caminar por la casa, bailo un poco y  fumo un cigarrillo que me han brindado. Subo unas escaleras dando traspiés en el trayecto. Llego al piso de arriba y voy al balcón, hay un chico solamente, así que decido ir a la parte donde no hay nadie, me siento en una mecedora y cierro mis ojos.

Estoy borracha, eso lo sé, y me causa gracia. ¿Qué sucedería si llamo a mamá y le digo donde estoy? De solo pensarlo hace que comience a reír descontroladamente.

De seguro mamá diría:

¿Cómo? ¿Sabes que te sucederá?, no saldrás ni para ver el Sol, ibas a la iglesia no a una estúpida fiesta llena de adolescentes con las hormonas despiertas.

Vuelvo a reír y me callo al notar a alguien frente a mi.

—¿Quién eres? No te veo muy bien chama —recuerdo la palabra que usó aquella chica para dirigirse a Bryan.

—Soy una persona.

—¿Pero qué persona? No reconozco tu voz.

—Tal vez porque la estoy cambiando.

—Dime quién eres, ridículo —murmuro y siento de pronto como una mano acaricia mi mejilla.

—Siempre me has gustado, Vanessa.

—¿Eres Bryan? —le pregunto y él chico ríe.

—No, no soy ese idiota.

—Oye, Bryan no es ningún idiota.

—Si lo es, si yo fuera el ya te hubiera fo...

—No lo digas por favor, ahora sí me disculpas, me largo de aquí —trato de levantarme pero el chico atrapa mis brazos y me vuelve a sentar.

—No irás a ningún lado Vanessa.

—No eres quién para decir a donde voy —intento soltarme pero el chico me sujeta fuerte.

—Ya te dije que no irás a ningún lado.

—¿Y porque lo dice quién? ¿Tú? —escucho que alguien le dice al chico que me sujeta y de pronto siento que golpean a alguien y luego escucho más y más.

Asustada, me levanto y como puedo salgo del balcón, bajo las escaleras y me siento en una de las sillas que hay en el comedor de la cocina.

—¿Vane? ¿Estás bien? —alguien me pregunta pero no reconozco la voz.

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